3 desayunos que harán que quieras levantarte de la cama

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El verano está llegando a su fin y esto quiere decir que pronto tendremos que volver a la rutina. Todos los años en fechas clave como ésta nos hacemos mil promesas como ir al gimnasio seis días por semana, comer sano o llevar los estudios al día; pero lo cierto es que en la mayoría de los casos no cumplimos casi nada. Para hacer éste proceso más llevadero y menos frustrante, lo ideal es centrarnos en algo concreto y tener claro por qué lo hacemos en lugar de culparnos por no tener fuerza de voluntad suficiente para llevarlo a cabo. La fuerza de voluntad está muy bien y es necesaria para cumplir nuestras metas, pero a largo plazo no es suficiente. Necesitamos una razón de peso para hacer las cosas. Uno de los frentes más comunes suele ser la alimentación. Todos los años nos proponemos comer más sano pero ¿por qué lo hacemos? ¿para perder peso? ¿para ganar peso? ¿para evitar enfermedades? ¿para sentirnos mejor en nuestro día a día? Una vez tengamos clara nuestra razón, una manera de empezar a recorrer nuestro camino hacia una vida más sana es a través del desayuno. Hoy en Modalia os daremos unas cuantas ideas para hacer éste proceso más llevadero. 

Cambiar nuestros hábitos nunca es fácil. Cada uno tiene su camino y debemos darnos espacio para equivocarnos sin castigarnos por ello. Muchas veces si comemos de más o de menos nos martirizamos hasta el punto de pensar que estamos haciendo algo moralmente incorrecto y que somos malas personas por ello. Esto es algo muy común y difícil de sobrellevar en la sociedad actual. Una vez desvinculemos la alimentación de la moralidad, nuestro camino hacia una vida más sana será mucho menos empinado y tendremos una mejor relación con la comida. 

Un pequeño cambio que podemos implementar para mejorar nuestra dieta es prestar atención al desayuno. Hay gente que no desayuna, otros que solo se toman un café, otros que optan por procesados como galletas o donuts… Es normal que nada más despertarnos no queramos ponernos a cocinar o que prioricemos el sueño al desayuno, pero comer algo como es debido nos ayudará a establecer un ritual de mañanas y así ser más productivos. La manera más práctica de hacerlo es dejarlo todo preparado el día anterior, así que aquí os dejamos unas recetas para inspiraos. Todas son de la nutricionista Sadia Badiei así que además nos aseguramos de son adecuadas para una dieta equilibrada.

Barritas de yogur congelado

Esta receta es ideal si odiamos cocinar y siempre vamos con prisa. Se puede hacer en gran cantidad una vez al mes, meterlas en el congelador y olvidarnos de ello. También son barritas perfectas para merendar o para tomarlas de camino a la universidad o al trabajo. 

Necesitaremos:

  • 15 dátiles blanditos
  • 180g de copos de avena
  • 250ml de mantequilla de almendra
  • 30g de semillas de lino trituradas 
  • 5g de canela 
  • 375ml de yogur vegetal 
  • 100g de frutos rojos congelados

Primero pondremos los frutos rojos en una cacerola a fuego medio-bajo hasta que se ablanden y las dejaremos enfriar. Trituraremos los dátiles hasta que se conviertan en una masa blandita. Luego añadiremos la avena, la canela y la mantequilla de almendra hasta que todo se convierta en una pasta bien unificada. Cogeremos la bandeja de horno y la cubriremos con papel. A continuación presionaremos la pasta que hemos preparado sobre la bandeja hasta que quede uniforme. Cubriremos esto con el yogur y salpicaremos las vallas por toda la superficie. Congelaremos el preparado durante dos horas y a continuación lo cortaremos en cuadrados del tamaño deseado. Meteremos la barras en una fiambrera con el papel de hornear que hemos utilizado antes entre medias para que no se peguen entre sí. Cada vez que queramos comernos una la dejaremos 3-5 minutos fuera para descongelarla un poco. ¡Y listo! Ya tenemos la primera receta lista. Con éstas medidas nos saldrán unas 8-10 barras, pero todo depende del tamaño que las queramos.

Galletas sanas de almendras y arándanos para desayunar

Con éstas medidas nos saldrán unas 10 galletas pero siempre podemos adaptarlas a nuestras necesidades personales. Lo mejor de ésta receta es que dura tres meses en el congelador, así que si hacemos cálculos nos sale bastante a cuenta gastar cuatro tarde al año. El tiempo de preparación es de una media hora así que también son una buena opción para pasar una tarde lluviosa entre amigos. Además aunque no lleven azúcar, la fruta les da ese dulzura imprescindible en cualquier galleta, así que son perfectas para los paladares más golosos.

Necesitaremos:

  • Un plátano muy maduro
  • 30g de mantequilla de almendra
  • 60ml de compota de manzana
  • 5ml de extracto de vainilla
  • 70g de harina de almendra
  • 40g de semillas de lino
  • 10g de semillas de chía
  • Media cucharadita de bicarbonato
  • Media cucharadita de canela 
  • Un pellizco de sal
  • 110g de copos de avena
  • 15g de semillas de calabaza
  • 50g de arándanos congelados
  • 40g de chocolate negro

Precalentaremos el horno a 180ºC y colocaremos papel de hornear sobre la bandeja. Trituraremos el plátano y añadiremos la mantequilla de almendras, la compota de manzana y el extracto de vainilla hasta que todo esté bien combinado. Agregaremos la harina de almendras, el lino y las semillas de chía hasta tener una mezcla homogénea. Luego añadiremos el bicarbonato, la sal y la canela. Agregaremos la avena y las semillas de calabaza y por último incorporaremos los arándanos y el chocolate delicadamente. Haremos diez bolitas con la pasta que hemos creado ya las presionaremos sobre la bandeja del horno. Hornearemos las galletas durante 15 minutos hasta que se doren y las dejaremos enfriar. ¡Voilá! Ya teneos nuestras galletas.

Barritas energéticas de avellana

Ésta receta también la podemos congelar y aguantará hasta dos meses. De ésta manera no tendremos excusa para no desayunar o desayunar de manera inadecuada. Éstas mediadas nos darán para preparar 12 barritas y tardaremos 30 minutos en terminar la receta. Si no tenemos una semilla, una fruta o algún otro ingrediente siempre podemos sustituirlo por algo que tengamos más a mano o que nos guste más.

Necesitaremos: 

  • 225g de copos de avena
  • 125g de avellanas crudas
  • 14g de semillas de lino trituradas
  • 4g de canela
  • Una pizca de sal
  • 12 dátiles
  • 125ml de mantequilla de cualquier fruto seco (cacahuete, almendra…)
  • 85ml de aceite de coco
  • 5ml de extracto de vainilla
  • 60g de grosellas secas
  • 30g de nueces cortadas
  • 30g de semillas de calabaza
  • 40g de chocolate negro cortado

Primero mezclaremos las semillas de lino trituradas con 90ml de agua y dejaremos reposar la mezcla unos cinco minutos para que se gelifique. Además precalentaremos el horno a 175ºC y tostaremos las avellanas durante unos 10 minutos o asta que se doren. Las dejaremos enfriar y luego las frotaremos con las manos para que se les caiga la piel. Trituraremos las avellanas, 90g de avena, la sal y la canela; y cuando todo esté bien triturado añadiremos la avena restante. Después trituraremos la mantequilla de frutos secos, el extracto de vainilla, los dátiles deshuesados, el aceite de coco y la mezcla gelificada de lino y agua hasta obtener una mezcla homogénea. Mezclaremos ésta pasta con los ingredientes secos hasta que se combinen bien y por último incorporaremos las semillas de calabaza, las nueces, el chocolate y las grosellas. Presionaremos la mezcla en una bandeja de horno ya engrasada y hornearemos la masa durante un cuarto de hora. Sacaremos la receta del horno y la cortaremos en 12 barras. Dejaremos que se enfríen y después las retiraremos de la bandeja. ¡Listo! Ya tenemos 12 porciones saludables para desayunar, merendar o lo que nos apetezca.

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