Todos hemos visto mil fotos de éste plato en internet. Esos cuencos de coco o madera con toda esa deliciosa comida bien ordenadita encima. Parece que rezuman salud a través de la pantalla. A decir verdad es un plato muy sencillo de preparar que podemos hacer con sobras que tengamos por casa. Así aprovecharemos cualquier resto que nos haya quedado durante la semana sin tener que tirar nada. De este modo comeremos sano, barato y sin complicaciones. Hoy en Modalia os enseñaremos las bases de este plato y como prepararlo fácilmente.
Un Buddha bowl es una especie de ‘plato combinado’ pero en sano. La idea es coger pequeñas porciones de alimentos sanos y ponerlos en un plato para formar una comida completa, saludable y satisfactoria. ¿Puede ser más sencillo? Para formar una comida equilibrada, un cuarto del plato deben ser carbohidratos, otro cuarto proteínas y la mitad que queda verduras. Con éste método podemos ver claramente las porciones que ponemos de cada alimento.
La historia del Buddha bowl
¿De dónde viene el éste nombre tan extravagante? Pues hay dos teorías. La primera es que el plato se parece a la barriga redonda y llena de Buddha, y la segunda es que los monjes budistas cuando iban de puerta a puerta pidiendo comida acababan con un bowl de éste tipo. Sea cual sea la razón, tenemos suerte de que éste plato haya llegado hasta nuestros días.
¿Cómo se prepara?
Es un plato ideal para aprovechar sobras, cocinar en grandes cantidades y preparar en cinco minutos antes de salir o para llevar al trabajo (ya que puede tomarse frío). Necesitaremos vegetales crudos, vegetales cocinados, cereales, proteínas, grasas saludables y salsa. La base del plato son vegetales crudos como lechuga, col rizada, espinacas… Luego añadimos los carbohidratos. Lo típico suele ser arroz o quínoa pero si preferimos pasta siempre podemos sustituirlo. Esto también es buena parte del plato así que no hay que escatimar. Lo siguiente es la proteína: edamame, tofu, legumbres, tempeh… lo que mas nos guste o incluso una combinación de éstas. No hay reglas en éste plato. Para digerir mejor el plato se recomienda mezclar las verduras crudas con las cocinadas, así que conviene añadir espárragos, coles de Bruselas, brócoli… lo que encontremos en la nevera. Para la grasa saludable una de las mejores opciones es el aguacate, pero si no nos gusta podemos sustituirlo por semillas o frutos secos. El último punto es la salsa. Podemos decantarnos por una vinagreta clásica o por un poco de tahini, hummus, zumo de limón o lo que más nos guste. Lo importante es que sea una salsa sana y no estropeemos el plato.
Como hemos visto es un plato sencillo y fácil de preparar. Ideal para aprovechar sobras que encontremos en la nevera. ¿Te atreves a probarlo?
Me apasiona todo aquello que tenga que ver con el bienestar, desde la alimentación hasta la moda, y creo que a la hora de cuidarnos no podemos pasar por alto el impacto que generamos en el medio ambiente y a nuestro alrededor. ¿La clave para conseguirlo? ¡Creatividad!