Viajes

La paella y el tinto de verano… mejor de chiringuito

Fuera del ajetreado paseo del Puerto de Mazarrón en el que son especialistas en arroz “pasao” y fritura que viene de cualquier parte menos de la bahía que está a dos pasos y medio, nos vamos hasta Puntas de Calnegre para saciar la sed de tinto de verano y paella. En el Parque Regional de Cabo Cope y Puntas de Calnegre, tres meses al año, los dueños del chiringuito ‘El Líos’ deciden abandonar su puesto de trabajo en un almacén de frutas y hortalizas para “echar el toldo” en su bar hecho de tablones de madera y suelo de arena de mar… los hijos a servir y la madre a los fuegos. Rodeados de campos de cultivo y en uno de los pocos paisajes del levante que sigue sin convertirse en tierra de cemento y guiris, en medio de este oasis salvaje, en la Cala Calnegre un tapón de coches y barullo nos dan la bienvenida a ‘El Líos’. Su bandera azul es la cocina mediterránea, las brasas y paellas son el aclamo de las familias, parejas, adolescentes y jubilados que llegan hasta aquí para saborear el mar. Los españoles de terraza y cerveza fría huelen a carbón calcinado y a marisco, y es un acto reflejo el movimiento que todos los clientes hacen al coger sitio: nos quitamos esa extensión de nuestro cuerpo en verano, las impenetrables gafas de sol, para ver las montañas desnudas de tierra color negro grafito y aguas turquesas. Divididos en dos turnos y abarrotado para sentarse si no es con reserva a través de WhatsApp, este chiringuito hace que no dé pereza coger el coche y “echar los bártulos” al maletero para comer bien, las paellas siempre con encargo y ánimo para decidirte entre la paella de marisco o bogavante, el personal muy atento … Seguir leyendo

Cartagena, Puerto de Culturas

Una ciudad con historia, fundada en el 227 a.C. por el general cartaginés Asdrúbal el Bello, la combró Qart Hadašt, una ciudad nueva construida sobre los restos de (se cree) la antigua tribu ibérica Mastia. La capital bárquida llegó a convertirse en la principal base militar de las tropas púnicas en Iberia. Roma y Cartago lucharon por el control del Mediterráneo occidental en tres conflictos conocidos como las Guerras Púnicas, de Cartagena partió el joven Aníbal hacia los Alpes con su ejército de elefantes y soldados para quedarse a las puertas de Roma. Anibal ante portas! Gritaba una ciudad que había olvidado cómo defenderse. Con un ejército a semanas de distancia en la antigua Hispania, Roma estaba perdida. Lo llaman milagro, pero Aníbal se dirigió hacia los pueblos itálicos del sur y venció, pero «el ambicioso general romano Escipión desembarcó en Emporion (Ampurias, colonia griega aliada de Roma)» y con la traición de los pescadores de Tarraco tomó Cartagena en el 209 a.C. y pasó a llamarse Carthago Nova. Todos estos hechos históricos se celebran la segunda quincena del mes de septiembre en las fiestas declaradas de Interés Turístico Internacional Carthagineses y Romanos, donde la ciudad vuelve a levantar los campamentos (ahora festeros, no militares) y la ciudad se convierte en el campo de batalla que fue. El encendido del fuego sagrado recorre los lugares más emblemáticos de la ciudad para dar inicio a las fiestas: «El Teatro Romano, El Templo de Isis, El Foro, hasta llegar a al Mons Arx Asdrubalis, una de las 5 Colinas que, como la vetusta Roma, tiene Cartagena». La ciudad vuelve a ser Qart Hadašt, convirtiéndose en el mayor escenario y los cartageneros en los mejores actores, con los legionarios de ambos bandos, Aníbal, Escipión e Himilce como sus protagonistas principales. Se recrea la fundación de Cartagena; la Destrucción … Seguir leyendo