Vaper

Vapers desechables, la nueva moda juvenil

Ya lo mitificaba la banda de pop Radio Futura allá por los ochenta, un tema que eleva la adicción de las calles madrileñas por el capitalismo de la transición y el furor de las modas con ese estribillo que reivindica ese amor irracional de la juventud por algo material (como en este caso la ropa), por el que todos vamos a dejarnos llevar desde aquellos años… hasta ahora. Ahora, con apenas un año de vida en el mercado, los pods desechables se han convertido en una preocupación (más) en el mundo de la salud y para el medioambiente. Todo en esta sociedad del consumo es perecedero, desde la industria fabrican electrodomésticos, ropa, smartphones y un larguísimo e interminable etcétera de productos con la fecha de caducidad programada, ya sea por la obsolescencia impuesta por los fabricantes o por la que genera en el consumidor los avances tecnológicos. Todos preferimos el último Iphone antes que el anterior, y así con todo. Nos generan inquietud y necesidades, por eso es más sencillo comprar un vaper de un solo uso que tiene un número determinado de caladas (de 500 a 2.000) que uno recargable, porque no requiere esfuerzo, son súper pequeños y cuquis, tienen lucecitas y son de muchos colores. Con ese aura de aparente inocencia está calando entre los más jóvenes, hasta entre los que no han probado un cigarrillo en su vida. Los números a la baja por el consumo de tabaco entre los más jóvenes han alertado a la industria tabaquera, creando un producto para captar nuevos consumidores y vendiéndose como “alternativa” (qué casualidad, más cara: entre 8 y 10 euros el juguetito) para los fumadores que quieran dejar el tabaco. Son simplemente “vapor de agua” con saborizantes, pero en realidad es un aerosol tóxico y cancerígeno. Contiene nicotina, metales … Seguir leyendo