Sacarle fotos a la comida y subirlas a redes sociales como Instagram se ha convertido en una moda a la que es muy difícil resistirse. De hecho, ciertos perfiles en Instagram se dedican sólo a eso, e incluso hay aplicaciones específicas para fotografiar comida. Pero si estáis por Alemania y entráis en un restaurante de prestigio, andad con cuidado. ¡La comida podría tener copyright!
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Cuando el protagonista del anuncio de un smartphone no es el smartphone sino su cámara, por algo será. En 2014, se subieron a las distintas redes sociales 1.800 millones de fotos ¡al día! Si decidieras imprimir y apilar las fotos que se suben a Instagram cada 12 horas, la torre de papel alcanzaría una altura aproximada de 8.848 metros. La altura del Everest. Casi nada.