Fuera cinturones, fuera botas y zapatos y nos toca andar descalzos. Estamos en un control de seguridad de un aeropuerto y un río de bochorno vocifera desde mis adentros: varios rotos en el calcetín. Alguna vez nos ha pasado y no vale negarlo, alguna vez habéis pensado que ese simple agujero no dice demasiado. Sin embargo, mirando al frente y enfocando, vemos algo que es diferente, curioso, original y valiente. Ese hombre encamisado, perfumado y con unos calcetines verdes con lunares blancos estampados.