Se siente cómo flota la pregunta en el aire: ¿has dicho “vino azul”? Exacto, vino azul. Seis jóvenes españoles dispuestos a todo, dos años de investigación y un “¿Por qué no?” llevado hasta sus últimas consecuencias, han dado como resultado Gïk, un vino con ganas de sacudirle el polvo a las arraigadas e inmovilistas tradiciones vinícolas.
Gïk es mucho más que una simple adición de colorante, que para eso ya tenemos el Tang. Gïk es un vino de pleno derecho. Los creadores han contado con la ayuda de reconocidas bodegas de Galicia, Cáceres y La Rioja, la Universidad del País Vasco y Azti Tecnalia, un centro científico-tecnológico especializado en la investigación alimentaria. No tiene Denominación de Origen, pues se elabora con distintos tipos de uva, pero eso es justo lo que sus creadores persiguen. Según explica Aritz López, joven bilbaíno de 22 años, para Cadena Ser, “no nos gusta el aura del que se rodea el mundo del vino, esa obsesión por la denominación de origen o que parezca que solo unos pocos están preparados para disfrutarlo. Nosotros somos expertos en te gusta / no te gusta”.
De hecho, a los creadores de Gïk no les gusta el vino, lo que les impulsó a elaborar un vino que sí les gustara. Las variedades de vino existentes se aferran a normas tradicionales sobre cuánto, dónde y con qué comidas beberlos, pero Gïk carece de reglas. Se bebe en el momento, lugar y situación que apetece.
¿Y de dónde viene ese color índigo? De la propia uva. Gïk partía de una base purpúrea de vino de uva blanca y tinta, pero luego descubrieron que la piel de la uva contiene dos pigmentos azules, la antocianina y la indigocina. Se extraen por separado, luego se añaden en el proceso de fermentación y voilà! Es vino, y es azul. Si es que por más que lo miramos, todavía no nos lo acabamos de creer.
En términos de márketing e imagen, el azul se asocia a innovación. Pero el motivo real del sorprendente color de Gïk es más inspirador, más profundo. Según cuenta para Lomejordelvinoderioja.com Taig Mac Carthy, miembro del grupo, “cuando estábamos empezando a trabajar en esto leímos un libro que se llamaba ‘La estrategia del océano azul’, que explica que hay océanos rojos, llenos de tiburones que han atacado tanto a los peces que se ha teñido de sangre (mucha competencia), pero también hay océanos azules, en los que no estás compitiendo con nadie y todo es un mundo de posibilidades. La idea poética de transformar el océano rojo en azul, es decir, el vino rojo en azul, nos encantó”.
En cuanto al sabor, los chicos de Gïk lo tienen claro: o te gusta, o no. Nada de complicadas catas, nada de exploración de matices, de tonos de madera de acacia o rastro duradero y ácido en boca. El objetivo de este vino es que sea fácil de beber. Se recomienda tomar frío, por lo que sabe menos a alcohol, pero sus 11.5 grados son los que puede tener cualquier vino. Asi que hay que andar con cuidado, que las bebidas frescas se cuelan como si nada, y luego acaba todo el mundo tocando las palmas.
Gïk no es un crianza, no es un vino de mesa, no es un vino joven… Gïk es un vino dirigido a los que siempre buscan experimentar algo nuevo, a golosos por su toque dulce, para personas que no conocen el vino… Gïk es para quien se atreva a probarlo. No hay normas para consumirlo, no se bebe bien ni mal. Lo pruebas, lo saboreas, lo disfrutas, lo vives. Y ya está.
Si quieres probar Gïk, dirígete a su página web. Se pueden comprar botellas sueltas, o packs de varias unidades con el correspondiente descuento, y el envío es gratuito a toda la península. Una cosa te digo: en Modalia nos lo estamos planteando, porque ese seductor tono índigo resulta irresistible.
Fotos: https://gik.blue
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