La pandemia del covid-19 ha afectado a todo el sector textil incluyendo el sector del lujo. El único desfile presencial ha sido el de Jacquemus (de hecho, se hizo viral), pero el resto de marcas han tenido que reinventarse para presentar sus colecciones (show must go on). Probablemente muchas marcas se hundirán tras este revés y es por esto por lo que está siendo tan interesante ver las propuestas de “desfile” de cada marca. Hoy en Modalia os contaremos todo sobre la propuesta de Chanel.
El año pasado falleció Karl Lagerfeld, el anterior director creativo de Chanel, y su sucesora Virgine Viard ha decidido rendirle homenaje a través de la colección de alta costura otoño invierno 2020/21. Ésta está inspirada en el deseo de opulencia, brillantez y sofisticación.
‘Tenía en mente princesas excéntricas, el tipo de mujeres que a Karl Lagerfeld le gustaba acompañar a las fiestas o a la “Le Palace”.’
Virgine Viard
El rococó del siglo XXI
Esta colección descrita como rococó ha sido presentada en la web de la marca a través de un video que bien podía haber sido una anuncio de El Corte Inglés (dicho con la peor de las intenciones). Es una pena que una colección hecha con tanto mimo y con tanta historia y referencias haya sido presentada de manera tan impersonal. Por otro lado, las prendas en si son exquisitas. En esta colección Chanel ha reinventado el tweed de manera infinitamente creativa y con enorme sofisticación. Bordados, hilos de oro y joyas incrustadas han hecho de esta tela una obra de arte. Además, todas las joyas que completan los looks son únicas y extremadamente valiosas. Esto es algo que en la casa no se ha dado hasta ahora. Normalmente en los desfiles de Chanel se utilizan réplicas de otras joyas o bisutería para las modelos, pero esta vez Virgine Viard ha decidido representar la opulencia del siglo XIII hasta el más mínimo detalle.
Una oda a la artesanía
Lo que realmente ha sido remarcable de la presentación ha sido la serie de documentales en honor a las costureras. Para apreciar el Haute Couture en todo su esplendor, hay que entender que todo está hecho a mano, desde las puntillas hasta las costuras. Prácticamente no hay uso de máquina. Para llegar a confeccionar una ‘segunda piel’ las costureras tienen que estar continuamente haciendo y deshaciendo las prendas. Hasta que la visión del diseñador no se haya llevado a cabo al milímetro, la obra no está acabada. Muchas veces nos olvidamos de las manos que confeccionan estas joyas, pero sin ella no hay desfile. En los vídeos las propias costureras nos explican el proceso de crear las telas, modificar los diseños y hacer las primeras pruebas en las modelos. Una oda a la artesanía en toda regla. Además, los vídeos son en blanco y negro para que los colores no nos impidan apreciar los relieves, la profundidad y la textura de las prendas. Las trabajadoras nos explican como a veces se les rompen las agujas al coser algunas telas y tienen que deshacer la propia tela y rehacerla tras haberla cosido. En sus palabras se puede notar la profesionalidad y el amor con el que trabajan y esto es algo que tenemos que valorar más. Por cada prenda en nuestro armario hay al menos una persona confeccionándola. Puede que tener esto en mente nos haga pensar como tratamos la ropa…
Me apasiona todo aquello que tenga que ver con el bienestar, desde la alimentación hasta la moda, y creo que a la hora de cuidarnos no podemos pasar por alto el impacto que generamos en el medio ambiente y a nuestro alrededor. ¿La clave para conseguirlo? ¡Creatividad!