Las mujeres de Japón tienen la particularidad de parecer eternamente jóvenes. La delicadeza de su piel junto con el efecto porcelana, la convierten en las mujeres con la piel más hermosa del planeta. Esta belleza y dedicación al cuidado de la piel es algo que realizan con una gran pasión y constancia. Es por ello que las mujeres occidentales siempre han admirado el cutis y el rostro tan perfecto de las japonesas, llegando incluso a decantarse por comprar productos de belleza originarios de Japón.
El motivo principal por el que consiguen una belleza y delicadeza especial en la piel, son sus rituales de belleza, los cuales no se asemejan en absoluto con los que se realizan en occidente. La importancia de practicar diariamente estos rituales de belleza radica en la limpieza facial, ya que sin una correcta limpieza no se consigue una piel tan perfecta.








