Murcia es una de las regiones más destacadas por su panorama cultural, aunque se tienda a dar por sentado por sus propios habitantes o ligeramente relegado a un segundo plano por aquellos que no la conocen. Por supuesto su gastronomía es parte clave de ello, y si hay un plato que represente parte de la esencia de Murcia es la marinera.
Esta tapa está formada por una rosquilla de pan que queda cubierta por ensaladilla rusa y una anchoa por encima. La ensaladilla está compuesta de patata chafada,atún, mayonesa y huevo duro picado con ingredientes diversos como pimiento rojo.
El objetivo de la marinera consiste en que la ensaladilla sea lo suficientemente compacta para que su degustación pueda ser lo más sencilla posible sin que se desmorone al hacerlo, sin caer en realizarla de forma demasiado jugosa o seca.
Uno de los secretos para lograr la efectividad de lo anterior está en colocar la ensaladilla rusa en el lado opuesto en el que se une la rosquilla. También es importante que la rosquilla no resulte ni muy dura ni muy blanda, y que la anchoa sea de un tamaño proporcional para evitar que se desmorone al comer la estructura compacta que se ha logrado teniendo en cuenta todos estos detalles.
Sin embargo, el aperitivo más internacional de la región no se constituye únicamente de una sola tapa. Y es que la marinera es parte de toda una familia gastronómica compuesta también por el marinero, la bicicleta y el matrimonio en bicicleta.
El marinero consiste ese igual forma en una base de ensaladilla rusa montada sobre la rosquilla pero sustituyendo la anchoa por un boquerón en vinagre para aquellos que les guste más,y si por el contrario no eres particularmente fanático de ninguna de las dos la bicicleta es tu opción puesto que solo está formada por la ensaladilla sobre la rosquilla.
Por último, el gran desconocido se trata de una combinación ideal para aquellos que no se puedan decantar por el tipo de anchoa. El matrimonio en bicicleta consiste en dos marineras, una siguiendo la receta clásica y otra con una anchoa blanca. No solo es la menos conocida sino que tampoco es muy frecuente de encontrar ofertada en bares o restaurantes.
Pero si algo tienen en común tanto las variantes como el modelo clásico, es que han calado en el imaginario gastronómico y cultural de murcianos y no murcianos al ser uno de los aperitivos más recurrentes en cuanto se trata de elegir algo que tomar, un símbolo de la región al aunar los ingredientes principales y parte de la archiconocida combinación de “marinera y cerveza”.
Pero la marinera no se limita a un lugar o acompañamiento en específico, de ahí que sea uno de los espacios fundamentales en los restaurantes murcianos, bien sea para cenar de forma más ligera o como entrante de un menú elaborado.
Para que la puedas saborear como tú quieras te traemos 5 de los mejores restaurantes en los que comerte una marinera:
El Secreto, C/Plaza Santa Catalina
Si se está por el centro de la ciudad y se desea poder tomarse una marinera, este restaurante es una gran opción por su terraza que normalmente suele estar acompañada del característico sol murciano, ideal para este tipo de tapas, o su presentación con la anchoa cortada en tres trozos para facilitar su degustación. Tienen un precio de 2€
La Parranda, Plaza San Juan
Para aquellos que lo que más valoran de un plato es una elaboración cuidada, es totalmente recomendable probar la calidad de los productos de La Parranda cuyas marineras no solo forman parte de las especialidades de la casa sino que destacan por su punto de cocción y la calidad de sus anchoas en específico. 2€
Café Bar Gran Vía, Paseo Alfonso X El Sabio
Aunque no se trata de un restaurante como tal, este bar especializado en tapas frías ha sido calificado por los usuarios de Trip Advisor como el mejor lugar para poder tomar las mejores marineras de Murcia. Y no de cualquier forma, puesto que muchos valoran tanto su terraza céntrica como la tapa en sí de excelente. Se caracterizan por racionar las marineras con más mayonesa que atún, por cortar en tres trozos la anchoa y por su precio económico de 1,8€
Keki, Calle Fuensanta
Las marineras no se ciñen a una sola forma, aunque tengan una elaboración clásica que se suele respetar, y prueba de ello son las creaciones de este restaurante que utiliza bolletes crujientes en el exterior y suaves por dentro sobre los que se sitúa la ensaladilla elaborada con atún fresco, mayonesa natural y patata y zanahoria asada.2€
Fénix, Plaza de las flores
Una de las marineras más reconocidas entre los murcianos en cuanto a su dulzura , equilibrio entre los ingredientes y frescura de la anchoa, la cual no cortan para aquellos que lo prefieran. Las rosquillas que usan son finas y crujientes. 2€
Firme creyente de que, como afirmó Madonna, la belleza está donde se encuentre. Para mi esa belleza se manifiesta a través de obtener una perspectiva nueva en todos los campos que amo: el baile, la escritura, la cultura popular, el análisis político y sociológico y ,por supuesto, la moda.
Particularmente me gustaría llevar un enfoque analítico a aquellos elementos del periodismo cultural que son comentados pero no observados , con el bagaje que me permiten los 4 años estudiando la carrera de Periodismo.
Mis pasiones y formaciones me permiten ampliar los conocimientos necesarios así como plantear una visión que enlace aquello que parece no tener conexión aparente (la moda y el teatro, el maquillaje y el posicionamiento de marca en celebrities o las redes sociales como elemento divulgador de las concepciones artísticas de la alta costura)
La cercanía al ocio cultural que me aportan mis 21 años de edad es clave para entender cómo repercute lo que se escribe debajo de un titular a aquellos a los que está destinado.
Otro elemento que aúna mis pasiones con mi formación seria la creación del medio Future Discordia, junto a 6 compañeras de clase, que sirve tanto como blog como podcast. Aportándome con ello disciplina,manejo de redes sociales y desempeño comunicativo.
Así como mi interés por aquello novedoso a la par que revisitar lo que ya ha ocurrido y ha impactado en el desempeño de lo actual.
Aunque pudiendo seguir enumerando, ¿Dejamos que el trabajo hable por sí solo?