Ototo, una palabra de origen hebreo que significa “en cualquier momento” y es que los diseñadores israelíes Ori Saidi y Daniel Gassner defienden que las ideas ingeniosas están ahí esperando a que tu estés poniéndote los calcetines y te preguntes si ese pincel para untar la mantequilla en el hojaldre se parece muchísimo a un subrayador. “A veces aparecen mientras te duchas, a veces mientras estás atrapado en un atasco de tráfico; y de vez en cuando, una aparecerá en tus sueños”.
Los productos que nacen de esta asociación que se creó en 2004 son casi todo artículos de cocina que vienen a alegrarte un poquito el momento de fregar los platos, afilar los cuchillos o pelar los ajos para que el humor también forme parte del día día más aburrido de cualquier ser humano: las tareas del hogar.
Se inspira en cualquier cosa: leyendas como las del Monstruo del Lago Ness para un cucharón, en la planta carnívora de Súper Mario Bross para un infusor de té o Halloween. Descubre el sacacorchos de murciélago, el pelador de ajo de Drácula, un colador llamado Monstrainer o la temible Agatha que se convertirá con una poción de adorabilidad en el soporte de cucharas más cuqui.
En Ototo no pueden tener más ironía, ¿cómo el ajo, el ahuyenta-vampiros por excelencia convertirse en este maravilloso utensilio doméstico? Pues con una pizca de pasión, un pedazo de deseo y un caldito de imaginación en cantidades ingentes. Estos productos únicos del estudio piensan hasta en La desaparición en la lavadora del calcetín perdido, un misterio al nivel de los libros de Agatha Christie disponibles a más de 30 países del mundo y seguro que muy pronto… en tu cocina.
Mi madre sabía que me dedicaría a escribir porque desde pequeña lo hacía hasta en los armarios. De moral firme. Elegí periodismo porque quería saber de todo, ejerzo como camarera y aprendo de todos. Culo inquieto, esponja y campurriana, como las galletas. Me hicieron bajita para amar los tacones. Fiel defensora de la moda con conciencia medioambiental.