¿Deberíamos comprar calzado fabricado en España?

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La mayor parte del total del calzado que se comercializa en Europa proviene de la industria española. Nuestro país cuenta con talleres especializados en cada uno de los procesos implicados en la producción del calzado, desde el refinamiento de la materia prima –normalmente piel- hasta el montaje final del producto. Pueblos enteros y también algunas ciudades como Elche en Alicante o Almansa, en la provincia de Albacete, sobreviven gracias a esta artesanía y su expansión no solo mundial, sino también local resulta más que evidente.

En el siguiente artículo, realizaremos un recorrido por los puntos fuertes de la producción del calzado en España, con el objetivo de comprender su posición líder en el mercado internacional y la necesidad de apoyo que precisa desde el mercado local.

Para comenzar, debemos lanzar un primer vistazo a la situación actual de la industria del calzado en España. Debemos saber que esta industria no deja de perfeccionarse, y que hoy en día lo hace aún más, gracias a la tecnología. Las fábricas más importantes ya han incorporado procesos como la monitorización en tiempo real, big data y el stock inteligente. Estos métodos, avalados por la Cámara de Comercio de España, ayudan a conseguir una optimización en la producción y el envío, por lo que la respuesta a nuestra pregunta inicial se vuelve sencilla: si España está invirtiendo en mejorar el servicio en el sector del calzado, para convertirlo en un sector todavía más competente y de mayor calidad, nosotros debemos apostar por esa inversión y comprar calzado fabricado en España.

Mucho antes de la Revolución Industrial que permitió la producción en masa, los artesanos zapateros españoles ya contaban con técnicas influyentes en el resto de Europa.

Por otro lado, tanto si hablamos de grandes fábricas, como de producciones más reducidas la calidad de la mano de obra es inigualable ya que nuestro país cuenta con una tradición muy rica en la producción de zapatos. Mucho antes de la Revolución Industrial que permitió la producción en masa, los artesanos zapateros españoles ya contaban con técnicas influyentes en el resto de Europa en lo que a la elaboración de calzado textil se refiere –el más común en la época-. Estas técnicas sobrevivieron posteriormente al fuerte intervencionismo que sufrió la industria tras la guerra civil y han llegado a nuestros días adaptándose a un mercado que cada vez es más exigente y a una demanda desde el mercado internacional que no deja de crecer. Por lo tanto, debemos considerar que, si a esta tradición le sumamos las recientes innovaciones en materia de tecnología, los resultados de producción de zapatos pasarán a ser necesariamente buenos.

Este hecho podría explicar que muchas importantes empresas de calzado, como por ejemplo Bravo Java, estén apostando en los últimos años por las fábricas españolas. Incentivar la producción de zapatos en España es una realidad a la que cada vez se están sumando más expertos en el sector, y quizá este sea otro punto que tengamos que plantearnos como consumidores a la hora de elegir el origen del calzado que adquirimos.

Además, debemos saber que no solo las ventajas en la eficacia de producción que ya hemos mencionado hacen que merezca la pena consumir calzado elaborado en España. Resulta necesario puntualizar que, los materiales españoles para la fabricación de zapatos y zapatillas suelen ser siempre también de una gran calidad y esto, tratándose el calzado de un bien de primera necesidad, es sin duda un factor a tener en cuenta.

Como consumidores, debemos valorar que el material con el que esté fabricado nuestro calzado sea resistente, ya que la durabilidad de nuestros zapatos pueda estar sujeta a condiciones muy adversas. A diferencia de otras prendas de ropa, la mayoría de los zapatos están sometidos a un uso que puede llegar a ser prácticamente diario dentro de su temporada. Del mismo modo, la suela de nuestros zapatos recibe una presión constante que no será capaz de soportar de manera continuada si no cumple unos mínimos estándares de calidad. La mayoría de suelas de zapatos producidos en España están fabricadas con cuero, material que las hace especialmente flexibles y lo que es más importante, transpirables. En cuanto al forro del zapato, el material más popular y responsable de la enorme valoración del zapato español en el mercado internacional, es la piel de vacuno, que se utiliza tras un impecable proceso de curtido.

 No debemos perder de vista que, además, para afrontar el aumento de la demanda, el mercado español está tratando de mejorar los métodos de producción de la piel sintética o cuero ecológico. Este tipo de material requiere un proceso de obtención delicado y va camino de convertirse en un material más respetuoso con el medio ambiente. En cuanto a sus características, es un producto que tiende a imitar a las de la piel natural y no deja de ser una alternativa a tener en cuenta.

Calzado y medio ambiente

Es precisamente este factor medioambiental, el que puede convertirse en otro motivo que fácilmente nos puede posicionar a favor del consumo de calzado fabricado dentro de nuestras fronteras. Las importaciones de una mercancía que ya de por sí es abundante y de buena calidad en nuestro país constituye un gran impacto negativo para la huella ambiental. Con los tiempos que corren, la concienciación sobre el consumo local de calzado debería estar a la orden del día, ya que se trata de un gesto que no solo contribuye a reducir la producción de CO2 y el consumo de recursos derivados del transporte, sino que también es capaz de mantener a flote una de las economías de las más importantes y con más tradición de nuestro país.

Por todo esto, además de las numerosas razones que hemos comentado a lo largo del artículo, no debemos apartar de nuestra vista el hecho de que miles de familias se dedican en España a la producción de zapatos, ya sea de manera artesanal o en masa. Contribuir al avance de esta industria está en nuestra mano y es tan simple como comprobar la etiqueta que señala el origen del calzado que consumimos. Si la mayoría de países europeos se decantan, a la hora de elegir calzado, por el calzado español, ¿a qué esperamos para hacerlo nosotros mismos?

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