Cultura, sociedad y psicología. Tres factores que de la mano del título de este escrito, juegan a hipotecarse emocional y racional mediante fianzas, y por supuesto, con una total ausencia de confianza. Desconfianza bañada en factores como el vacío interior. A su lado, o más bien de la humanidad alejado, aparece el egoísmo del sufijo “se”: amar-se, servir-se de otros para mis fines, vivir con el dedo índice disparando sin cesar cientos de “Tú para mí”.
Volvemos al problema psicológico “enraizado” en las vías del individualismo, en los raíles del yo. Llega el cambio del YO al TÚ. Suena bien, sin embargo no viajamos con auriculares y los ojos tapados. Observemos la realidad: vamos con condiciones, vamos con fianza.
Es mirar hacia la misma ambición, el mismo motor, un proyecto común. Mirar un nosotros, pasar por el aro y darse como persona, sin perder la disponibilidad de uno mismo. Es, por tanto, multiplicarnos. En esta multiplicación no juegan pares ni impares, no hay Kamalas que piensen que no se recibe placer sin darlo, no hay un deseo dependiente de las medidas de necesidad del otro.
Finalmente confiamos, o por lo menos deberíamos hacerlo, en el “aprobado”. No amar a prueba, el amor no se mide con probatorias. El hombre no puede vivir a base del placer, no puede optar siempre por alegrarse las noches y la vida no complicarse.
Jugando con los reglas de puntuación, ponemos una coma al título tras el vamos, siendo este: Vamos, confianza. O simplemente nos quedamos con el original, ese que nos hace ver que queriéndolo o sin quererlo, vayamos cerca o lejos, no nos movemos sin asegurarnos que vamos con fianza.
En Modalia l Tipo de hombre: ANDÉN 9 Y ¾
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