Érase una vez un hombre que no sabía mucho de biología ni de naturaleza humana, que nunca había recibido información (ni formación) sobre cómo se traen los niños al mundo. Ante el desconocimiento de las razones por las que la mujer engendra en su interior la vida y el hombre no, un día se fijó en una embarazada y le preguntó que por qué tenía esa desproporcionada barriga.
El pasado 20 de diciembre, Visionlab, compañía española de centros ópticos, optó por expandir su abanico de servicios y ofrecer una nueva coyuntura relacionada con la visibilidad. En este caso, más allá del hecho de solucionar el poder ver de cerca o de lejos; optó por poner los cimientos a un puente que se sostiene por cuatro vigas que llevan por nombre las letras que forman la palabra moda. Visionlab Callao recibió a los jóvenes talentos del Centro Superior de Moda de Madrid (CSDMM) y proporcionó un espacio donde presentar sus diseños. Una velada en la que los estudiantes pudieron disfrutar del hacerse ver.
Fuera cinturones, fuera botas y zapatos y nos toca andar descalzos. Estamos en un control de seguridad de un aeropuerto y un río de bochorno vocifera desde mis adentros: varios rotos en el calcetín. Alguna vez nos ha pasado y no vale negarlo, alguna vez habéis pensado que ese simple agujero no dice demasiado. Sin embargo, mirando al frente y enfocando, vemos algo que es diferente, curioso, original y valiente. Ese hombre encamisado, perfumado y con unos calcetines verdes con lunares blancos estampados.
Lejos quedan las sandalias y poco a poco botas y zapatos han ido reconquistando el terreno perdido durante el verano. El cambio de temporada nos trae un bonito reencuentro con algunos de nuestros “compañeros” del invierno pasado, pero no como cuando volvemos de vacaciones a la oficina o a la universidad, a algunos de esos compañeros no los hemos echado nada de menos. Para renovar nuestro zapatero, no solo debemos guiarnos por el modelo, el color gana cada año más influencia en lo que es o no tendencia. Hoy proponemos 5 modelos de calzado de Grupo Pitillos inspirados en los 5 colores pantone de la temporada.
Soy de esas que se quedan a medias, soy de esas que creen en el teorema de las dos mitades. De esas que imaginan situaciones mientras caminan o tratan de averiguar la edad de los desconocidos en el Metro. Soy de esas que aún creen en las segundas opiniones, en la infinidad de puntos de vista que forman las líneas que debemos trazar para continuar. Soy de esas que no se abstienen al debate protagonizado por las sentencias contrarias. Soy de esas que aún creen en buscar el mínimo común múltiplo del problema para tener la solución.
Se suele decir que hay trenes en la vida que solo pasan un vez, sin embargo, nos centraremos en aquellos que viven en un mismo tren y no se plantean moverse de él. Son aquellos que han encontrado un lugar donde el aire acondicionado o los altibajos circunstanciales vitales no llegan con la suficiente potencia para sentir molestias, aquellos que sacaron su billete y consideran que con ese trayecto es más que suficiente.
Muchas son las veces en las que por no salir de nuestra zona de confort o por no desarmar el caparazón protector que hemos armado para evitar el dolor, decimos simplemente “no”. Otras son las veces en las que decimos “adelante” y tenemos como resultado un desastre en el que todas las hormigas de nuestra organización interior se diluyen debido a un mal pisotón.
Cultura, sociedad y psicología. Tres factores que de la mano del título de este escrito, juegan a hipotecarse emocional y racional mediante fianzas, y por supuesto, con una total ausencia de confianza. Desconfianza bañada en factores como el vacío interior. A su lado, o más bien de la humanidad alejado, aparece el egoísmo del sufijo “se”: amar-se, servir-se de otros para mis fines, vivir con el dedo índice disparando sin cesar cientos de “Tú para mí”.
¿Os acordáis de ese andén mágico por el que los estudiantes de Hogwarts accedían a un nuevo curso en la saga de Harry Potter? Para el que no lo haga, era una plataforma ubicada entre la novena y la décima, a la que tan solo unos cuantos sabían llegar. Se atravesaba como si fueras fantasma y llegabas a ese tren que te llevaba a ese lugar tan especial. ¿Qué les pasa a los hombres que son de tipo “Andén 9 y 3/4”? Son aquellos que deciden si decirte o no dónde está, cómo llegar y qué llevar para esta barrera traspasar. Son aquellos que te mandan una carta de aceptación, una invitación, un lugar, una dirección y consiguen ponerte a su disposición sin condición.
