Fenómeno Jeffrey Dahmer, ¿Por qué nos sentimos atraídos por los ‘True crimes’?

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Monstruo: La historia de Jeffrey Dahmer es esa serie de Netflix que apareció en la parrilla de la plataforma de streaming de manera inesperada y relata la perturbadora historia del “monstruo de Milwaukee”. Se ha mantenido en el Top 10 desde su estreno casi sin necesidad de promocionarse, por su director Ryan Murphy y Evan Peters, el actor que encarna a este asesino en serie estadounidense, los espectadores no han necesitado más pruebas de la calidad del resultado, su señoría.

Existen interminables series sobre CSI, FBI de todas las grandes ciudades norteamericanas que existen (casi de Albacete si te pones), el cine negro y ahora… Netflix, la plataforma se ha convertido en el piso franco de los asesinos. Jeffrey Dahmer no es el único psicópata que destripa, víscera y empapa de sangre los estudios de la plataforma de la forma más macabra, aquí son expertos en serial killers en todos los formatos.

Algunos asesinos con serie en Netflix. Fuente: 20minutos.es,

En Extremadamente cruel, malvado y perverso Zac Efron se pone en la piel de Ted Bundy, autor confeso de al menos 36 mujeres en los 70, en El destripador de Yorkshire más de una decena de prostitutas fueron las víctimas de Peter Suycliffe en los barrios marginales de este condado al norte de Inglaterra o Monstruos internos: las 24 caras de Billy Milligan, un violador en serie diagnosticado con un trastorno de identidad disociativo que podía llegar a ser: David, un niño de ocho años apodado “el guardián del dolor”, Rage Vadaskovinich, un comunista yugoslavo llamado “el guardián del odio” o el intelectual Arthur, un hombre inglés experto en ciencia.

Pero ¿por qué el crimen y la violencia multiplican casi un 40% las audiencias? “Psiquiatras y criminalistas coinciden en que la violencia nos genera emociones que nos mueven del espanto a la atracción por los sentimientos peligrosos”. En una vida de aparente calma y estabilidad, cualquier hecho delictivo que perturbe nuestra realidad lo seguimos compulsivamente. El mal nos perturba, nos atrae cualquier relato en el que se lea “basado en hechos reales”, más allá de la curiosidad innata del ser humano, los productos audiovisuales de true crime son una apuesta segura en cuanto al interés del público, pero tiene un alto riesgo en herir los sentimientos de los afectados, mezclar ficción y realidad o caer en el sensacionalismo. Como aquí, los familiares de las víctimas de Dahmer han denunciado que no se les informó ni pidió permiso, además de que la empresa se está lucrando a partir de una tragedia.

Comparación del vídeo real de Rita Isbell con la recreación de Netflix. Fuente: @carolDaRonch.

Las hipótesis que intentan explicar por qué nos paramos a mirar un accidente de tráfico, por qué no nos perdemos las noticias sobre un secuestro o por qué no podemos dejar de mirar estas series de Netflix se sustentan en la supervivencia humana: Según el psicobiólogo de la Universidad Complutense Manuel Martín Loeches para El País, “El sexo y la violencia son las dos variables más atractivas para el ser humano por su importancia para la supervivencia; el sexo nos permite tener descendencia. Y la violencia “nos confronta con los primates”, las dos variables son los factores que más pueden afectar a la multiplicación de nuestros genes.

La empatía con las personas que sufren y la necesidad por comprender quién es y por qué el asesino decidió empuñar un arma, acechar a su víctima o hilvanar una enrevesada defensa, crean esa “visión túnel” y roba completamente nuestra atención. Así que instinto y emociones están detrás de que tú estés enganchada a todos los thriller y docuseries que hablan de lo oscura e incomprensible que puede llegar a ser el alma humana.

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