En un homenaje a esta isla del sur, la firma italiana convirtió la Piazza del Duomo en un altar. “Clásica y barroca, aristocracia y pueblo, catarsis y oración», la dualidad hecha desfile con el retorno de la antigua madre italiana de moño bajo y pañuelo negro.
Desde Venecia a Nápoles y ahora, pasando por el centro histórico de Siracusa, D&G ha celebrado sus 10 años del proyecto Alta Moda, un nuevo modelo de negocio elitista de prendas hechas a medida y artesanalmente, mucho más que sus diseños exclusivos prêt-à-porter. Con una portada en estilo barroco tardío, la Catedral de la ciudad se convirtió en el escenario de un desfile casi cincelado para aquel momento.
Siracusa 2022: Alta Moda in Piazza del Duomo. Fuente: Dolce & Gabbana.
La Cavalleria rusticana de Pietro Mascagni es una ópera que cuenta una historia de amor, traición y adulterio en la Sicilia del siglo XIX y el telón se alza entre la plaza principal del pueblo y la iglesia; así y ahí comienza la obertura del desfile. Viudas, monaguillos, un cura y ángeles celestiales como las gárgolas custodiadoras de este templo sagrado, dan paso a una la colección herotizada de aquellas madres italianas del siglo pasado, enfundadas en su traje negro y con el peso de la fe sobre sus hombros.
Caminando entre velas, inciensos, flores y con un paso viviente de una virgen desdichada y un santo milagroso; los clásicos tapetes de nuestras abuelas se hicieron transparentes vestidos de crochet, las flores de los tronos se convirtieron en largas capas y las tradicionales estampitas en blancos trajes con relieve sobre los clásicos stilettos de finales de los 60.
Desfile D&G. Fuente: @dolcegabbana.
Sin renunciar a su negro característico, en este romance entre las tradiciones religiosas y la moda de la firma italiana ha predominado el dorado, el color eclesiástico por excelencia, los velos, el encaje y la joyería: una colección presentada el día anterior dentro de la Oreja de Dionisio, aquella cueva de piedra caliza bautizada por Caravaggio cuando llegó a Siracusa huido de la justicia.
Mi madre sabía que me dedicaría a escribir porque desde pequeña lo hacía hasta en los armarios. De moral firme. Elegí periodismo porque quería saber de todo, ejerzo como camarera y aprendo de todos. Culo inquieto, esponja y campurriana, como las galletas. Me hicieron bajita para amar los tacones. Fiel defensora de la moda con conciencia medioambiental.