Las compañías de vuelo quieren recuperar esos viajes que no se han podido realizar a causa del Covid. Ahora mismo, en sus páginas web, podemos encontrar vuelos nacionales y europeos por 5 euros. Es el momento para hacer ese viaje que tanto has querido hacer durante el verano, con amigos, familia o tu solo, pero no se puede desperdiciar esta oportunidad.
Una magnífica opción es visitar Lisboa, la ciudad de las siete colinas y con la luz más especial de Europa. Pero, ¿qué se puede visitar en la ciudad? En Modalia te presentamos un ejemplo de itinerario para visitar lo que más vale la pena de la ciudad en pocos días para aprovecharla lo máximo posible. Si además, nos gusta la playa, es la ciudad perfecta, ya que a tan solo unos minutos tenemos la oportunidad de pasar un día en el mar. Dicho esto, vamos con nuestra ruta por Lisboa.
Tranvía 28
Tenemos que comenzar nuestra visitar subiéndonos al tranvía más famoso de la ciudad, el número 28. Estos tranvías empezaron a circular en 1901, y ahora tiene 5 vías y 48 kilómetros de vías. Pero, ¿por qué siguen existiendo si ya hay autobuses y vehículos particulares? Esto lo descubriremos yendo por las calles empinadas de Lisboa. Cuando estemos dentro tenemos que tener cuidado con las carteras, es común en sitios tan turísticos la presencia de carteristas. Nos tendremos que bajar en el mirador de Santa Lucía, y el mirador de las Puertas del Sol. Son dos terrazas que están colindantes y nos ofrecerán las mejores vistas del barrio Alfama.
Castillo de San Jorge
Se encuentra en la colina más alta de toda Lisboa. El monumento más emblemático de Lisboa, recibe el nombre de San Jorge, porque es el patrón de los caballeros y de las cruzadas. El origen se remonta al siglo II a.C. El Castillo de San Jorge defiende la antigua ciudadela árabe. Desde allí tenemos una de las mejores vistas de toda Lisboa. La entrada cuesta 8,50 euros, pero merece la pena. También podemos ver desde allí el río Tajo, que es mucho más impresionante en Lisboa, ya que su desembocadura está a pocos metros. Mientras caminamos por el castillo nos podemos encontrar con pavos reales que están en total libertad.
Plaza del Comercio
También llamada “Terreiro do Paço”, porque antiguamente, antes del terremoto de 1755, se encontraba allí el palacio. Desde la misma plaza, podemos ver el Tajo y por donde entraban los barcos del comercio. Una escena parecida a la salida al mar de Venecia. En esta misma plaza se originó la Revolución de los Claveles en 1974, donde los soldados que apoyaban la revuelta, pusieron un clavel en cada fusil.
Torre de Belén y pasteles
La torre servía como defensa del río Tajo y como símbolo de entrada a Lisboa. En los alrededores tenemos un parque muy tranquilo donde podremos descansar en nuestra visita. Si vamos de noche, también nos ofrece una buena vista con las luces iluminando la torre. Un dulce típico proveniente del esta zona, son los pasteles de Belen. Estos pasteles fueron creados por los monjes del monasterio de los Jerónimos, en esos tiempos se usaban grandes cantidades de clara de huevo para almidonar la ropa, y las yemas que sobraban se utilizaban para preparar los dulces.
Barrio alto
Se recomienda entrar en el barrio alto a través del elevador de Santa Justa, donde puedes ver toda la ciudad. La arquitectura de sus edificios es muy característica y el Tranvía 28 circula entre sus calles. Se trata de una zona ideal para tomar una copas por la noche o para cenar y pasar un rato divertido. Un barrio muy bohemio similar a Malasaña en Madrid. Muchas de sus casas están decoradas con arte urbano, dando un aspecto alegre junto a los artistas callejeros de la zona.
Monasterio de los Jerónimos
Construcción, patrimonio de la humanidad, que data de mediados del siglo XVI, y que tardó más de 100 años en construirse. Una de las zonas más impresionantes es el claustro, donde podremos admirar la belleza arquitectónica del edificio. Manuel I, ordenó su construcción en conmemoración a los marineros portugueses, pensando en convertirlo en panteón familiar. La portada sur nos dará la entrada a la Iglesia principal, destaca por su decoración gótico-plateresca, arcos de medio punto, pináculos que se alzan hasta el cielo y grandes detalles el bajo relieve. Allí está la tumba de Vasco da Gama y de Luís de Camoes, el Cervantes portugués.
Aún aprendiendo muchas cosas. Con la música se llega a todas partes.