Limpiar la pantalla del móvil con pasta de dientes, apretar tornillos con laca de uñas, tratar una bisagra chirriante con acondicionador para el pelo… Casi todos los productos que tenemos en casa tienen un puñado de usos adicionales muy distintos de la aplicación para la que están diseñados. Y, de entre todos estos ingenios multiusos, la cerveza es uno de los que se lleva la palma. Así que piénsatelo cuando estés a punto de tirar ese culito que te sobra en el botellín.
(Imagen: Wikimedia Commons)
Igual que la cerveza bien fría entra con una facilidad pasmosa, si te sirven una cerveza tibia te entran deseos de que las ametralladoras sean legales en nuestro país. Sólo a una mala persona le ocurre tirar una caña en un vaso recién sacado del lavavajillas, pero no todo está perdido. Cuando sepas todo lo que puedes hacer con la cerveza, igual te llevas una botellita vacía en el bolso para aprovechar al máximo las tardes de tapas con los amigos.
Para los callos de los pies
Si tienes la piedra pómez que parece un jabón de tanto rasparte los callos, confía en tu rubia amiga: la levadura de la cerveza suaviza las durezas y las callosidades. Prepara un recipiente con una mezcla a partes iguales de cerveza a temperatura ambiente y té de menta tibio. Deja remojar los pies unos 20 minutos, y a continuación dale a la piedra pómez sin miedo (si llegas al hueso, es que te has pasado). Además, la mezcla también alivia los pies cansados.
(Imagen: Pixabay – Boesmantjie)
¿Quién quiere champú teniendo cerveza?
Si acostumbras a ducharte después de la cena, reúne los restos de cerveza tibia que queden en los vasos o botellines, porque su vitamina B y sus azúcares pueden aportarle un brillo adicional a tu cabello. Sólo tienes que verter un vaso de cerveza sobre tu cabeza y dejar que actúe durante unos cinco o diez minutos. Luego, lávate el cabello como de costumbre, porque la cerveza será maravillosa pero la peste que deja también es importante. Puede que te llamen loca, pero ¿y lo bonito que te va a quedar el pelo?
(Imagen: Wikimedia Commons)
Adiós manchas de vino
No es ningún secreto que, como un tejido se manche de vino, sólo queda asumir la cruda realidad y dedicarle una despedida con honores por todos los servicios prestados. O no. La cerveza puede salvar tu alfombra y tu camisa de una incineración prematura. Si te salpicas de vino, derrama cerveza sobre la mancha y frótala con una esponja hasta que desaparezca lo máximo posible. Parece una barbaridad, pero no tengas miedo. Total, peor no se va a quedar… Luego, lava la prenda para eliminar los restos. Si la mancha no se ha ido, derrama más cerveza y repite la operación. Si quieres, puedes poner la mirada perdida y soltar una risa malévola. Si el truco no da resultado, por lo menos te habrás divertido un rato poniéndote en plan bruja malvada.
(Imagen: Pixabay – Steve001)
No es una aspirina, pero casi
La cerveza hace maravillas con los estómagos revueltos y doloridos, y también funciona contra el dolor de garganta, el insomnio e incluso el dolor de cabeza. En estos casos, lo recomendado es la cerveza sin alcohol, pero la normal también funciona en cantidades moderadas. Hacemos especial hincapié en “cantidades moderadas”. Un vaso, vaya, que ya nos vamos conociendo.
Tus muebles se van de cañas
Humedece un paño con cerveza tibia y frota suavemente la madera de tus muebles. Verás con tus propios ojos cómo recuperan su brillo, y aun así no te lo podrás creer.
(Imagen: Wikimedia Commons)
Muerte a las moscas y los mosquitos
Si vacías el bote de insecticida hasta casi asfixiarte y esa condenada mosca sigue riéndose en tu cara, distribuye algunos recipientes con cerveza. El olor dulzón atraerá a moscas y mosquitos como si fuera un imán, y en cuanto intenten dar un sorbito quedarán atrapados en el líquido. Sólo te quedará acercarte y reírte tú en su cara. La mosca no lo entenderá, pero te habrás quedado a gusto.
(Imagen: Pixabay – stux)
Cerveza contra las lentejas pegadas
Si se te ha pegado el guiso al fondo de la olla, sólo hay que preocuparse de encontrar el teléfono de la pizzería, porque de los restos requemados ya se encarga la cerveza. Con la olla aún tibia, vierte cerveza hasta cubrir la comida pegada, y deja que actúe durante una o dos horas. Luego, lava la olla como siempre. Tendrás que raspar con el estropajo, por supuesto, pero resultará infinitamente más fácil.
(Imagen: Pixabay – 256417)
Y después de un trabajo bien hecho, una cerveza fresquita, que nos lo hemos ganado. Parafraseando a Homer Simpson: ¡Un brindis por la cerveza! ¡Causa y, a la vez, solución de todos los problemas de la vida!
En Modalia | ¿Problemas para dormir? Estas son las mejores posturas para conciliar el sueño