Las prendas de color blanco son un básico e imprescindible en cualquier armario. Son versátiles, combinan con absolutamente todo y lo mejor es que nunca pasan de moda, pero también tienen sus inconvenientes: se ensucian fácilmente y se agrisan con el paso del tiempo si no se cuidan como es debido.
Has tenido que votar esa camisa blanca que tanto te gustaba porque se tornó gris tras los lavados, o calcetines cuyas manchas no terminan de desaparecer o puños y cuellos que se oscurecen con el uso, pues sí, quieres que tu ropa esté blanca como el primer día que la compraste. Presta atención a estos sencillos trucos:
Poniendo la Lavadora
Una de las claves para que la ropa esté realmente blanca lavado tras lavado reside en cómo realizamos las coladas. Lo primordial es separar las prendas por colores, lavando las blancas separadas del resto. Aunque nos parezca que no destiñen y el color no cambie a simple vista, la ropa blanca puede oscurecerse si se lava con ropa de otras tonalidades. Además, la ropa se debe lavar del revés, para evitar que le salgan esas antiestéticas bolitas que le dan un aspecto de viejo.
También es recomendable realizar una separación por tejidos, revisando antes las etiquetas de las prendas para cerciorarnos de qué programa y temperatura son más adecuados. La ropa blanca puede lavarse a la máxima temperatura que indique en la etiqueta, ya que cuanto más elevada es la temperatura a la que lavamos, más eficaz es el detergente. De esta manera, nos aseguramos que se eliminan las manchas y la ropa queda más blanca. Las prendas que son más propensas a los hongos, el moho o los ácaros, como las toallas, sábanas y calcetines, es mejor lavarlas en la lavadora con agua caliente.
Durante el secado
Existen algunos pequeños trucos que te ayudarán a que las prendas mantengan su blancura original con el paso del tiempo.
Si usas una secadora tras la colada lo mejor es seleccionar un programa de secado a baja temperatura, para que los colores no se resientan en el proceso. Los rayos de sol ayudan mantener el blanco de las prendas más vivo y brillante, evitando que se vuelvan amarillentas.
Cuales productos debes de usar
Lo más recomendable para prolongar la vida de la ropa blanca y mantener un blanco intenso es usar un detergente en polvo, ya que contiene ingredientes específicos basados en oxígeno activo.
La lejía es también un buen aliado para mantener la ropa blanca, de hecho es el blanqueante doméstico más eficaz. El uso de la lejía está recomendado para las prendas blancas y de colores claros de algodón y tejidos sintéticos, mientras que hay que evitar usarla con prendas delicadas como la seda, la lana o el nylon.
Sin embargo, usando productos como Neutrex Futura, con sales naturales y activas, la blancura e higiene de la ropa está garantizada. Es recomendable poner las prendas manchadas a remojo lo antes posible, con agua y un poco de lejía durante 20 minutos, aclararla y meterla en la lavadora.
Cómo quitar y blanquear tus prendas de forma natural
El jugo de limón es un astringente natural que limpia en profundidad, elimina todo tipo de suciedad y deja la ropa blanca reluciente. Llena una olla con agua y rodajas de limón, colócala a hervir y luego, remoja la ropa durante una hora antes de lavarla de forma habitual. Otra buena opción consiste en preparar una solución de jabón, una cucharada de sal y el jugo de dos limones. Remoja la ropa en esta mezcla, después déjala que se escurra y sécala al sol.
Si quieres lucir un blanco brillante en tus prendas recuerda seguir estos pequeños consejos a la hora de lavar las prendas y secarlas para asegurar su blancura.
Fotos: ZARA / Pinterest / Mango
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