Cómo la meditación puede provocar un efecto rebote e incrementar nuestra ansiedad

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Si le preguntas a la gente a qué aspira en la vida, la mayoría responderá que su mayor ambición es ser feliz. Todo a nuestro alrededor se enfoca en esa búsqueda de la felicidad, y uno de los métodos que se ha puesto muy de moda para alcanzarla es la meditación. Pero como en todo, recurrir en exceso a esta técnica puede resultar perjudicial para ti. Si quieres saber de qué hablo, ¡sigue leyendo!

Durante muchos años, -y aún sigue estando latente- se ha premiado la belleza por encima del intelecto. Eso, inequívocamente, ha provocado que las personas se centren más en desarrollar su aspecto físico, antes que gestionar su inteligencia emocional y evolucionar mentalmente.

Afortunadamente, esto está cambiando, y con movimientos como la práctica del Mindfulness -conciencia plena-, o las más conocidas prácticas meditativas como el yoga, reiki o la meditación en sí misma, se está consiguiendo normalizar -incluso poner de moda-, la práctica de autoconocimiento y sanación emocional.

Antes de explicaros qué efectos nocivos puede provocar el exceso de meditación en nuestra salud, es conveniente situaros y explicar en qué consiste este método, así como también mencionar sus beneficios.

Meditación blanco y negro junto al agua
La meditación es una técnica ancestral

¿Qué es la meditación?

Es una práctica con la que se “entrena” el cerebro. Este concepto engloba distintas técnicas de relajación o disciplinas meditativas, cuyo objetivo es disminuir los niveles de estrés o ansiedad y, en consecuencia, poder conseguir un mayor control de nuestras emociones. Si conseguimos acceder a un estado profundo de relajación se puede alcanzar un mayor bienestar personal, incluso llegar a mejorar la salud.

“Debemos entrenar nuestra mente para mejorar nuestro funcionamiento cerebral mediante técnicas como el reiki, la meditación, la bioenergética o la visualización, para conseguir regular nuestras emociones, vivir de forma consciente, generar emociones positivas y prevenir el deterioro mental.”

D.ª Luisa Martínez Álvarez.

Tipos de meditación

Podría decirse que existen tantas técnicas de meditación como personas hay en el mundo. Sin embargo, vamos a mencionar algunos de los tipos de meditación más conocidos que existen para situarnos adecuadamente.

  • Meditación budista o meditación “completa”

Es la más común y conocida, se centra en el aquí y el ahora. Su objetivo es que la persona que lo practica se concentre en el momento presente y deje ir los pensamientos volátiles. Persigue el control de nuestra propia mente.

  • Vipassana o penetrante

Gracias a la práctica del Mindfulness, este tipo de meditación – práctica budista tradicional- nos facilita ver la realidad tal como es, centrando nuestra atención en la respiración, e identificando los pensamientos conforme van apareciendo. Se basa en la introspección.

  • Meditación Mantra

Esta técnica se basa en la repetición de mantras– sonidos sagrados, frases repetidas que facilitan la relajación y el estado meditativo- silenciosamente, de manera que permiten centrar la atención, conseguir calma y alcanzar un estado de conciencia plena. Se centra principalmente en la respiración.

  • Trascendental

Como la meditación anterior, la Trascendental también se guía por la repetición de mantras, y aunque el objetivo de ambas es bastante similar, encontramos diferencias notorias como los propios mantras, el tiempo y la forma de meditación o la instrucción de la misma.

  • Zazen (Zen) o “meditación sentada”

Esta práctica tiene mucho en común con la meditación Vipassana, ya que ambas se centran en la respiración, y en identificar los pensamientos que surgen en la mente. Sin embargo, en la Zazen la respiración se centra en el abdomen, la postura es más firme y rigurosa, los ojos deben permanecer abiertos, y se recomienda su uso cuando ya se tiene cierta experiencia en el mundo de la meditación. Se practica sentado.

  • Kundalini

Se dice que gracias a esta técnica es posible despertar la energía Kundalini, localizada en la columna vertebral, que cuando se libera, es posible llegar a la iluminación. Despierta la mente e incluye mantras y técnicas de respiración.

  • Chakra

Este tipo de meditación debe conectar, simultáneamente, elementos físicos y emocionales para ser verdaderamente poderosa. Utiliza técnicas de visualización o el sonido para conectar con los 7 chakras -centros energéticos repartidos por el cuerpo-, y con la energía curativa que se supone que emana de ellos.

  • Tongle

La última clase de meditación, y más interesante -en mi opinión-, enseña a manejar el dolor enfrentándote a él, conectando con tu propio sufrimiento, para desarrollar una actitud combativa y abandonar la negatividad. Utiliza la visualización y técnicas de respiración.

Meditar junto al río, haciendo participes a los elementos de la naturaleza es ideal para una desconexión total
Búsqueda de la calma y paz mental

Beneficios de practicar meditación

Es cierto, y es que está científicamente demostrado, que la meditación supone una práctica altamente beneficiosa para nuestra salud mental o emocional, así como nuestra salud física. Entre los efectos positivos podemos encontrar los siguientes:

  • Reduce el estrés y disminuye los síntomas asociados a trastornos de ansiedad o depresión.
  • Mejora la memoria, la capacidad de concentración, la neuroplasticidad cerebral.
  • Previene el insomnio, proporciona estrategias para regular y afrontar el estrés,
  • Al facilitar la conexión entre lóbulos temporal y parietal se mejora la toma de perspectivas y se incrementan los sentimientos como la empatía y compasión.

Ahora bien, tras esta explicación general para ubicarnos ligeramente en el mundo de la meditación, vamos a hablar sobre el efecto rebote y los diferentes efectos adversos que puede presentar una práctica inadecuada de la meditación.

La meditación no es nociva en sí misma, si no su práctica sin supervisión
Es necesario practicar la meditación con cautela

Efectos contraproducentes de practicar meditación

Poder detectar los efectos adversos de la meditación resulta una ardua tarea ya que aquellos a los que no les funciona esta práctica evitan expresarlo, y lo asocian a una incapacidad personal y aislada. Es posible, incluso, que lleguen a sentir culpa por no alcanzar las metas que se habían establecido. Este sentimiento de culpabilidad puede provocar un aumento de estrés, ansiedad, o ramas derivadas de ella, incluso, en los casos graves, puede acabar en depresión.

Un aspecto desconocido de la meditación y sus derivados es que no siempre funcionan, ni todo el mundo está predispuesto para su correcto funcionamiento, sobre todo aquellos que padecen ansiedad o algún trastorno del estrés. Incluso, en algunos casos, es posible que provoque un efecto contrario y se intensifique el malestar.

Un estudio de la Universidad de Valencia revela que un 25,5% de las personas que practican meditación de forma habitual han experimentado al menos en una ocasión algún tipo de situación psicológica particularmente desagradable y perturbadora.

UVNoticias

Actualmente, en occidente, se ha generalizado su práctica como un método de relajación, reconexión con uno mismo, con el presente y el entorno, incluso como una herramienta para encontrar la verdadera felicidad.  A diferencia del contexto tradicional budista, hay una gran cantidad, tanto de instructores como de practicantes de la meditación, que poseen un escaso o nulo conocimiento o preparación de esta técnica. No están realmente advertidos de la peligrosidad o el riesgo que supone practicar mal el ejercicio de la meditación. Es necesario, como en cualquier otra disciplina, enseñar y aprender a meditar. De la misma manera, una práctica descontrolada puede resultar perjudicial para la salud si no se realiza con cuidado y tomando las debidas precauciones.

Algunos de los síntomas que se han podido detectar a una práctica inadecuada de la meditación son: ataques de ansiedad, hipertensión, hipotensión, sentimiento de culpa (casos poco frecuentes, pero de suma relevancia); dolor abdominal, cervical o insomnio (síntomas leves pero que afectan con más frecuencia); y cambios de humor, irritabilidad o apatía (leves, pero con una incidencia más común o extendida).

El efecto “backdraft” o efecto rebote

En ocasiones, la meditación produce un efecto contrario al que esperamos, y se produce el conocido “efecto rebote”, o también conocido como “contracorriente”. El concepto original – backdraft- fue establecido por Christopher Germer y Kristin Neff (profesores de psicología de las Universidades de Harvard y Texas, respectivamente).

El efecto backdraft o “explosión de humo” describe la imagen en la que, durante un incendio, al abrir una puerta se produce una explosión causada por la reintroducción de oxígeno en la habitación. En esta escena el fuego sería nuestro dolor, mientras que el bombero que busca apagar el incendio es la meditación.

Siempre hay que contar con la ayuda de un profesional al iniciarnos en la meditación.
Si la realizamos inadecuadamente puede provocarnos malestar y angustia

Practicar la meditación sin un previo conocimiento puede provocar la desrealización o despersonalización, lo que se conoce como la sensación de no estar en tu propio cuerpo. Es un mecanismo de protección que aparece cuando nos exponemos ante altos niveles de ansiedad.

Cuando meditamos y aparecen los sentimientos de alerta, el cuerpo los percibe como amenazas, y se desencadenan más mecanismos de defensa que provocan más ansiedad.

La meditación en sí misma no es nociva, pero recurrir a ella – y a prácticas como el mindfulness- para aliviar la ansiedad puede provocar emociones negativas si no se ha practicado nunca y toma como referencia un tutorial de Youtube. La ayuda de un profesional es esencial para realizar esta práctica correctamente.

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