Por fin tenemos el porqué de nuestra adicción a las compras y ni mucho menos tenemos la culpa, al menos de manera consciente. El impulso que sentimos, las tardes de compras como plan alternativo a todo e incluso la satisfacción que nos produce el adquirir ese vestido que tanto hemos deseado o esos zapatos que sin tenerlo planeado compramos a precio de ganga tienen un porqué y nosotras somos pura inocencia en todo esto.
Se ha llevado a cabo un estudio en el que la ciencia pretende explicar estas sensaciones y todo apunta a que la respuesta es neurológica. A través de este estudio manifiestan que el cerebro del ser humano experimenta una sensación de placer en la búsqueda de cosas a precios más que asequibles.
De hecho, con anterioridad, concretamente en el año 2007 se realizó una investigación en Stanford que llegó a conclusiones como que nuestro cerebro con tal solo observar objetos que desea siente placer; lo cual aumenta en gran medida si el precio es llamativamente asequible. En definitiva este estudio explicó que sentimos mayor placer con el deseo de algo que queremos que con la compra, puesto que en este acto ya se incluye algo de culpabilidad o dolor al realizar el pago.
Por este motivo, parte de la felicidad que sentimos a la hora de realizar nuestras compras en muchas ocasiones se debe a haberlo conseguido al mejor precio o en su defecto a un precio razonable.
Esta información la tienen en su poder grandes cadenas de ropa como puede ser Zara, H&M o Mango, entre otras; quiénes se encargan de alimentar este proceso neurológico a través de la gestión de sus tiendas.
Estos gigantes textiles venden ropa a precios, en muchos de sus productos, muy generosos y además ofrecen variedad y novedad cada semana, generándose así las minicolecciones de quince días de duración aproximadamente. Esta producción de novedades y capacidad de obtención de beneficios a través de sus precios se debe a que la mayor parte de su producción se ha trasladado a países asiáticos en vías de desarrollo donde como todos sabemos tanto la mano de obra como los costes de producción son considerablemente baratos.
Dicho de otra manera y en nuestro beneficio, a través de las compras simplemente alimentamos la parte de nuestro cerebro que adora conseguir prendas ideales a un precio top.
Fotografías: Pinterest
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