Louis Vuitton, Hermès, Gucci, Chanel, Prada, Burberry Prorsum, Valentino, Saint Laurent, Dolce & Gabbana, Dries Van Noten, Givenchy… y así un largo etcétera. Si reunimos las marcas de lujo con mayores ganancias de 2015 obtenemos esta gran lista, pero lo cierto es que solo tres de ellas están dirigidas por una mujer y en cientos de años de historia, ha habido menos de diez directoras creativas en todas estas firmas. Datos sin duda abismales.
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Aunque Raf Simons anunció que abandonaba Christian Dior apenas hace más de una semana, la especulación sobre quién tomará su lugar en uno de los puestos más deseados de la industria ya ha comenzado. Los rumores incluyen desde Riccardo Tisci -que lleva una década dirigiendo una firma propiedad de LVMH- hasta un desconocido, siguiendo los pasos del éxito de Alessandro Michele en Gucci. Varios nombres entre los posibles sucesores, pero entre todas esas menciones, solo aparece el nombre de una mujer: Phoebe Philo.
Está claro que Philo no es la única mujer calificada en el mundo de la moda, pero ¿por qué es el único nombre de mujer que nombran los críticos en sus especulaciones para este puesto? Este legado ha inspirado décadas de verdadera innovación, de las creaciones elegantes de Galliano al modernismo de Simons. Y con todo esto, en los casi setenta años de historia, los diseñadores nunca han sido una mujer.
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Pero Dior no es un caso aislado. De las 26 marcas jóvenes finalistas del premio LVMH Young Designers Prize en 2015, solo cinco están dirigidas por una mujer en solitario (Astrid Anderson, Ryan Roche, Faustine Steinmetz, Andrea Jiapei Li y Christelle Kocher), mientras que tres marcas dirigidas por más de una persona incluyen una mujer diseñadora (la ganadora del premio Marta Marques de Marques’Almeida, Samantha Orley de Orley y Anais Mac de Jourden). Como sucede en el mundo del arte, estas cifras representan apenas un 30%.
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Desde el punto de vista del género, la moda está reescribiendo (o destruyendo) las reglas y, sea quien sea el sustituto de Simons en Dior, sin duda escribirá un emocionante capítulo en la rica historia de la casa, pero nos gustaría que fuese una mujer la que tomara la dirección. Igual que es crucial que las mujeres ocupen cargos importantes en la política, en la economía y en la tecnología o el arte, es crucial también que la moda logre un equilibrio equitativo entre sus altos mandos.
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