Soy de esas que se quedan a medias, soy de esas que creen en el teorema de las dos mitades. De esas que imaginan situaciones mientras caminan o tratan de averiguar la edad de los desconocidos en el Metro. Soy de esas que aún creen en las segundas opiniones, en la infinidad de puntos de vista que forman las líneas que debemos trazar para continuar. Soy de esas que no se abstienen al debate protagonizado por las sentencias contrarias. Soy de esas que aún creen en buscar el mínimo común múltiplo del problema para tener la solución.
Soy de esas que predica la comunicación, la difusión, el compartir, pero de verdad, no cómo hoy en día se hace y se monitoriza en la red social. Soy de esas que cree que las buenas noticias tienen más de un receptor más allá del tan actual “yo”. Que una alegría es doble si tienes con quien celebrarla, que sonreír solos por la calle no es común, que vamos mirando la próxima estación, el color del semáforo o las indicaciones de nuestros teléfonos móviles.
Soy de esas que ven más ancianos cogidos de la mano que intenciones en vano. Soy de las que piensan que peor solo que acompañado, de esas que creen en las relaciones, en las emociones, en los detalles y en que no tengan que repetirle lo que vales.
Soy de esas que se quedan a medias, con ganas, de esas que prefiere el tabaco industrial aunque dejarlo a medias no te deje retomar el cigarro como ocurre con los de liar. Soy de las inquietas, de las que dan el primer paso, de las que no frenan, de las que no llegan al destino porque no encuentran el sentido del “contigo” con los contigos.
Soy de esas que le dan rápido y sin pensar al botón de enviar, de esas a las que no les importa la posible bancarrota por esperar que por apostando todo puedas llegar a ganar más.
Soy de esas que entran a una tienda enfocando la mirada y saben lo que quieren a los 260 grados del giro de cabeza, de esas a las que no les importa decir qué pretenden porque saben que las indirectas no siempre alcanzan sus metas.
Soy de esas fanfarronas que no conocen el “continuará” en cuanto a lo que únicamente en su mano está, de esas que algunos llaman trabajadoras o simplemente responsables, de esas que ponen mil nombres definitivos a los proyectos porque el perfeccionismo les quita el sueño.
Sin embargo, soy de esas que en lo que a funciona a medias siempre se queda a mitad de camino, de esas que se estrellan y se revientan la cabeza porque el otro frena, de esas que a veces pensamos que tenemos demasiada sangre por las venas, de esas que siempre se quedan a medias.
En Modalia l Seres Erasmus, el (inter)cambio que firmamos
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