Delicioso, coqueto, divertido. Así es el último catálogo que Blanco presenta para introducirnos de lleno en una estación paradójicamente cálida.
Entre sonrisas y desafíos de color, cuatro modelos muestran con soltura todos los juegos que una misma colección puede ofrecer. Looks formales, irreverentes o sofisticados, todo tiene cabida en un nuevo otoño radiante de vitalidad e ideas.
Muchas tendencias a seguir y mil formas de reinventarlas. Esta es una de las premisas con las que Blanco se enfrenta a cada colección para conseguir que la renovación continua no cese en sus tiendas, que siempre haya sorpresa.
Después de un primer avance de otoño más sobrio y contenido, la segunda propuesta de looks que la cadena de tiendas propone se muestra mucho más atrevida y adelanta las primeras opciones de fiesta para las próximas fechas.
La musa de este otoño crea mezclas inesperadas entre lo más casual y lo más sofisticado. Jerseys de punto sólido con faldas de pedrería, camisas en denim sobre faldas de vuelo, delicadas blusas lady combinadas con jeans diarios.
Ahora, el nuevo básico es la parka cómoda y multifuncional; el clásico trench cobra forma de capa; y, los encajes o semi transparencias, no son índices de solemnidad sino de pizpireta.
Los complementos destacan bien por discretos o bien por su dosis de rock´n roll. Las botas de motorista compiten con femeninos peep toe y los “baulettos” con bolsos de cierta fantasía; el mestizaje de elementos de bisutería y la suma de mil pulseras, frente a la unicidad de piezas con sello vintage.