Muchísimas son las expresiones mundanas y populares que usamos y escuchamos a diario, ya sea entre amigos de broma o en discusiones ajenas, frases hechas que a día de hoy, están tan asentadas que únicamente nos quedamos con su contexto y significado. Sin embargo, todas ellas tienen un origen que en muchas ocasiones, difiere bastante del significado actual que poseen. ¿Quieres saber qué dió nacimiento a muchas de ellas?
1. “Ponerse las botas”. Conocida expresión, muy utilizada sobre todo cuando hacemos referencia a comer en exceso, o comer muy bien. Su origen se encuentra en que antigüamente, tan sólo los ricos podían permitirse el vestir unas botas por lo que los pobres iban descalzos. De ahi el que “ponerse las botas” solía decirse para hacer referencia a cuando alguien cometía un exceso.
2. “Irse a la porra”. Otra de las expresiones más conocidas, cuyos orígenes se encuentran en los Tercios de Flandes. El sargento de cada tercio dirigía a cada unidad moviendo un garrote cuyo nombre era porra. Una vez que la marcha del ejército se detenía, el sargento hincaba la porra en el suelo y los soldados que habían sido arrestados debían permanecer cerca de ella. De ahí el origen de “irse a la porra”.
3. “Quedarse a dos velas”. El origen de esta curiosa expresión proviene de antigüas partidas de cartas ilegales, en las que el dinero que hacia la banca era contado a la luz de 2 velas. Si algún jugador o jugadores conseguía la difícil tarea de desplumar a la banca, se decía que esta se había “quedado a dos velas”.
4. “Me importa un pito”. También es una expresión que tiene orígenes militares. Se denominaba “pito” a aquel muchacho del ejército que tocaba tal instrumento y cuya paga era bastante insignificante al considerarlo de muy poca importancia. De ahí que “me importa un pito” siempre ha tenido el significado de darle poca importancia a los asuntos.
5. “Dejar en la estacada”. Expresión que hace referencia a dejar a alguien abandonado o plantado, y cuyo significado tampoco ha variado mucho. Las estacadas eran una especie de palenques o lizas de torneos y justas creados con estacas. Por eso se decía de forma figurativa “dejar en la estacada” es cuando se abandonaba a alguien ante el peligro.
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