“Las mujeres siempre han sido las fuertes de este mundo. Los hombres, incluso, han buscado siempre a las mujeres como esa almohada a la que acudir y apoyar el hombro”. La manifestación feminista de la diseñadora Coco Chanel con esta y otras afirmaciones ha defendido la moda como un instrumento de defensa e igualdad por y para la mujer pero, ¿es esta idea una utopía? ¿Es el mundo de la moda una herramienta femenina o masculina?
La moda en la actualidad está estereotipada con el hecho de que se encuentra observada en segundo plano por los hombres y desde primera fila por todas las mujeres. Hace años, cuando el machismo imperaba en nuestra sociedad, las profesiones estaban marcadas dependiendo del sexo de cada uno. El hombre era el encargado de los puestos de importancia dentro de las empresas y hasta en el mundo de la moda, eran ellos los que mandaban.
En el pasado, los hombres eran sastres y las mujeres, costureras. ¿Una mujer diseñando? ¿Marcando tendencias? Lo siento, eso no es posible. Tras la aparición de la minifalda o el uso de los pantalones, la mujer comenzó a tomar el relevo de esta difusión cultural que, desde el comienzo de la humanidad, existe.
Un estudio que fue llevado a cabo por un grupo de arqueólogos de la Universidad de Illinois y que se publicó en la revista Current Anthropology, explicaba que la moda ya tenía importancia hace 27.000 años, en el Paleolítico, pues existía una preocupación por ataviarse con ropas y adornos sofisticados y su utilización como elemento diferenciador dentro de cada grupo humano, según se entiende a raíz de la variedad de formas encontradas en diversas expediciones arqueológicas. Puedes leer más sobre este aspecto en El País.
En contra de algunas opiniones públicas que explican que la moda es un invento, no es sino la industria que surge alrededor de ella el negocio creado. Diana Vreeland, la adorada y temida editora de Vogue, fue una de las precursoras de usar esta representación cultural e ideológica como un instrumento de control y desarrollo económico y comercial.
Dentro del mundo en el que vivimos, un mundo generalmente masculino, las mujeres seguimos intentando crear un espacio propio, un hueco igual al de nuestros compañeros, gracias a las defensas de organizaciones feministas pero, sobretodo, gracias a cada una de las mujeres que, desde su propia experiencia, participa y lucha por conseguir ser una más, por adquirir capacidades, por mejorar y por demostrar su valía con independencia de si lleva o no tacones.
La moda, a pesar de estar dirigida por una mayoría masculina, es el camino que, poco a poco, mujeres de todo el mundo estamos haciendo asfaltar para llegar así a puestos de dirección y posiciones favorables que, desde siempre, han sido ocupadas por ellos.
Nos gusta ser diferentes, nos gusta llevar faldas y tacones, ser bellas en deportivas o con vestido; lo que no nos gusta es que sean ellos quienes nos digan cómo debemos vestir o cómo debemos ser. He ahí el quid de la cuestión. ¿Por qué tenemos que ser todas ‘ángeles’? ¿Es el físico indispensable para ser calificadas como bellas? O mejor aún, ¿es la belleza un requisito en este mundo?
Las mujeres somos únicas, tal y como somos. Cada una es distinta, tiene defectos y virtudes, pechos más grandes, piernas más cortas, cabello más seco y ojos más pequeños. Eso es, precisamente, lo que nos hace especiales, naturales y perfectas. No nos gusta ser copias, todas iguales, vestidas del mismo modo o con un físico idéntico. La personalidad de cada una depende de cómo seamos por fuera y por dentro, algo que también depende de cómo nos sintamos en cada momento de nuestra vida.
Si quieres ser un ‘ángel’ es cosa tuya. Si no lo quieres ser también, pero no por ello serás peor. Somos independientes, decididas y libres: nadie nos dirá nunca más cómo tenemos que ser, cómo tenemos que vestir o cómo tenemos que comportarnos. Está claro que las sugerencias son válidas, desde Modalia te las hacemos, mostramos eventos, curiosidades, nuevos productos… para que seas tú la que tenga la última palabra, la que elija cómo expresa mejor sus sentimientos, su personalidad y, en general, la que decida cómo eres mejor tú misma.
Recuerda que somos dueñas de nuestras vidas. No dejes que nadie te diga cómo ser y confía en ti misma porque eres capaz de todo. #ImNoAngel, somos únicas, somos perfectas.
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Imágenes Vogue y Elle; Ashley Graham y Laura Wells, modelos de tallas grandes.
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