Deja de fumar. En serio, deja de fumar.

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Vamos al grano. ¿Fumas? Déjalo. Así de simple. ¿Estás cansado de oír este consejo? Pues deja de fumar y ya no lo oirás más. ¿No puedes? Esa dependencia debería convencerte para que lo hicieras. ¿No quieres? Quien no quiere es la nicotina, una guarrería adictiva que manda más que tú. Dejar de fumar es muuuy difícil, pero si conoces lo que le pasa a tu cuerpo inmediatamente después de dejarlo, te será mucho más fácil mandar a paseo los cigarrillos.

woman smoking

El tabaco y esos horrorosos relojes de plástico, dos cosas que ya no se llevan. (Imagen: By Oxfordian Kissuth (Own work) [CC BY-SA 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/3.0)], via Wikimedia Commons)

Ese hábito que adquiriste cuando eras adolescente y querías molar más que el resto del mundo, te está dejando las tripas hechas una auténtica birria. Una birria carbonizada, encima. Pero en Medical Daily nos animan a seguir adelante, porque no hay que esperar mucho para notar los cambios positivos que conlleva abandonar el tabaco. Nada más 20 minutos después de dejar de fumar, la nicotina empieza a desaparecer del organismo, y tu frecuencia cardíaca y tensión sanguínea, que estaban por las nubes, vuelven a la normalidad.

humphrey bogart lauren bacall

Cuando encendemos un cigarro creemos parecernos a ellos…

El “mono” aparece entre dos y doce horas después de haber mandado el paquete de cigarrillos donde picó el pollo. Esta es la parte más dura, con diferencia, y se pone peor unos dos o tres días después. Dolores de cabeza, náuseas, y un humor salido de los infiernos. Pero, en este punto, el nivel de monóxido de carbono en sangre habrá vuelto a la normalidad. Ahora párate un momento a pensar: ¿crees que puede ser remotamente buena una sustancia que te pone así de chungo cuando la dejas?

woman smoking Cuba

… pero más bien vamos por este camino. (Imagen: Por Tibor Végh (Kuba 996.jpg) [CC BY 3.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/3.0)], undefined)

Si has logrado resistir sin que tengan que atarte a la cama con correas, todo lo que viene es bueno, muy bueno. En los primeros dos meses empezarán a disminuir las toses, las pérdidas de aliento y la sensación de que se te van a salir los pulmones por la boca cuando haces ejercicio. En sólo algunos años, el riesgo de padecer enfermedades coronarias y varios tipos de cáncer (incluido el de pulmón) se habrá reducido a la mitad respecto de un fumador habitual. Y tras quince años sin haberse acercado a esa ruina patrocinada por el Estado (argf), el riesgo de sufrir enfermedades del corazón será el mismo que el de las personas no fumadoras. Y atención: si inicias el proceso de mandar al guano el tabaco antes de llegar a los 30 años, es casi seguro que tu salud y calidad de vida alcanzarán el nivel de alguien que no ha fumado nunca, a menos que hayas fumado tanto tanto TANTO que te hayas dejado las tripas como la cubeta de una barbacoa vieja.

Y esto no es todo. Todo tu cuerpo te va a aplaudir si dejas el tabaco. Te va a ovacionar. Te va a hacer la ola. Que lo dejes ya, hombre.

woman with a cigar

Por dios, que me hagan la foto ya, que quiero tirar esto bien lejos… (Imagen: By mark sebastian (Flickr: Back to Basics (#63799)) [CC BY-SA 2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0)], via Wikimedia Commons)

El cerebro

El gustito cuando fumas lo genera el cerebro. Lo que pasa es que ese gustito es el resultado de una activación del sistema opioide, tal como hacen las drogas adictivas, como la heroína o la morfina. Por eso es tan difícil dejarlo. David J. Scott, autor de un estudio sobre los efectos del tabaco en el cerebro, explica que el sistema opioide de los fumadores está alterado de forma permanente, lo que influye en las emociones y genera ansias de enchufarse un cigarro tras otro. Cuando se deja de fumar, la nicotina desaparece de la sangre y el sistema opioide se relaja hasta los niveles normales.

Los pulmones

Los pulmones se regeneran con gran rapidez, y nada más dejar de fumar, la inflamación que produce el tabaco en las vías respiratorias empieza a desaparecer. El tabaco paraliza el sistema de limpieza del interior de los pulmones, pero cuando lo que entra es oxígeno en lugar de humo asqueroso y maloliente, comienza a repararse a sí mismo. ¿Te asalta una tos insistente por las mañanas? Es tu sistema respiratorio, recuperándose de las perrerías que le has estado haciendo todo este tiempo. No lo digo yo, lo dice Laura Blue en el Time Magazine.

pregnant woman smoking

Si te escandaliza ver a una mujer embarazada fumando, es que sabes que el tabaco no puede ser bueno. ¡Deja de fumar, hombre! (Imagen: By Gideon (originally posted to Flickr as chavette 2) [CC BY 2.0 (http://creativecommons.org/licenses/by/2.0)], via Wikimedia Commons)

El corazón

El National Heart, Lung and Blood Institute afirma que dejar de fumar es una forma de reducir el riesgo de enfermedades cardíacas mucho más efectiva que atiborrarse a pastillacas. En cuanto mandas el tabaco a tomar viento, el sistema circulatorio mejora.

Los dientes

Todo el rato preocupándote por tu aspecto, y todavía no has dejado el tabacote. Anda, que te voy a dar una que te vas a enterar. La nicotina te pone los dientes amarillos y el aliento apestoso, y ya te puedes disolver la boca en Listerine que no se te va a quitar como sigas fumando. De hecho, cuando dejes de fumar tendrás que aplicarte en la higiene bucal. Para eliminar los depósitos de alquitrán (¡alquitrán!) en tu boca (¡alquitrán en la boca!), necesitarás beber mucha agua y cepillarte los dientes dos o tres veces al día.

quitting cigarettes will help you

Quince años, y como nuevo. Verdad de la buena. (Imagen: www.cancer.org)

La piel

El doctor Andrew Carmichael explica en Net Doctor que “la piel refleja el estilo de vida, lo que comes y lo que bebes”. Hablando en plata, el tabaco aumenta la sequedad cutánea y el riesgo de eczema, disminuye el flujo sanguíneo, ataca al colágeno de la piel y acelera el proceso de envejecimiento. Qué esperabas, si con cada cigarro te metes monóxido de carbono, formaldehido, alquitrán, amoniaco, mercurio, plomo, cianuro de hidrógeno, cadmio… Lo raro es que no se te ponga la piel como el papel de embalar. Parte del daño es permanente, pero dejar de fumar aumenta inmediatamente el riego sanguíneo y la hidratación de la piel, otorgando un aspecto mucho más joven y saludable. Y si bebes mucha agua después de despedirte para siempre del tabaco, eliminarás más rápido las toxinas del cuerpo y tu piel recuperará todo su brillo.

Ten valor, y deja de fumar. Te verás mucho mejor. Te sentirás muchísimo mejor.

stop smoking now

¡Tabaco cacaaaaaaaa!

 

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