A la vuelta de la esquina de las Navidades puede ser un buen momento para comenzar a plantearnos como, un año más, conseguimos sobrevivir a los grandes banquetes y copiosas comidas que durante unas fechas tan entrañables tenemos con familia, amigos, compañeros del trabajo…
Aunque cada Navidad empezamos con el firme propósito de no sobrepasarnos, de apenas probar el turrón, de hacer más ejercicio del habitual en estas fechas para contrarrestar los excesos y otras verduras… Por lo general, caemos y lo hacemos de manera contundente, lo que nos lleva en muchas ocasiones a tener pesadez de estómago y pasar unos días regulares después de los excesos. Aquí el motivo por el que os dejamos unos sencillos consejos para evitar las digestiones pesadas y el malestar por excesos continuados en estas fechas.
Empecemos por intentar evitar el exceso. Podemos recurrir a una pieza de fruta justo antes de la comida en cuestión, de esta forma reduciremos el apetito. Asimismo intentaremos decantarnos por los platos más “ligeros” de la mesa, aunque eso no quita que nos permitamos ciertos antojos dentro de ese cuidado.
Mantén tu orden. Intenta mantener tu horario de comidas y no desordenarlo porque cojas unos días de vacaciones o cualquier otro motivo. También intenta compensar los excesos inevitables con cenas más ligeras que te calmen el apetito pero no contribuyan a la pesadez del estómago.
Trozos pequeños. Cortar la comida en pequeñas porciones ayudará a que el estómago no tenga que hacer grandes esfuerzos para digerirlos y la digestión termine siendo pesada. Además, podemos intentar contar las veces aproximadas que masticamos de manera que comamos más despacio llegando a estar saciadas antes, evitando empachos.
Caprichos puntuales. Trata de evitar comer dulces cada día de la Navidad, y reducirlo a los días más señalados.
Con estos consejos seguro que consigues reducir el malestar después de cada comida y las eternas digestiones. No decimos que sean mano de santo… Pero seguro que te vienen de maravilla. ¡Felices Fiestas!