Juanjo Oliva presenta sus propuestas para el próximo Otoño-Invierno en un desfile donde la música disco y la inspiración seventies ha estado muy presente. Paillettes y vestidos largos se combinan a la perfección para crear un look de noche deslumbrante.
El desfile ha contado con dos partes perfectamente diferenciadas. La primera parte se nos presentaba como una apología al brillo y al color de los años 60, con paillettes, tejidos de lúrex, estampados sixties, en una fiesta continua donde la música nos invitaba a bailar. Las sandalia de glitter se convertían en el complemento perfecto para un deslumbrante look nocturno.
Vestidos largos en colores vitaminados como el mostaza, azul o coral que acentuaban con cinturones la silueta femenina. Chaquetas armadas con pelo en hombros y solapas que combinaban con pantalones de cuero o estampados que estrechaban al tobillo.
La segunda parte del desfile la han protagonizado prendas en color blanco, líneas sencillas y definidas que dibujaban la verticalidad de la silueta femenina. De nuevo el diseñador nos muestra su pasión por la alta costura con una amplia colección de vestidos de fiesta. El complemento proporciona al look el cariz más chic con cinturones de pedrería y aplicaciones metálicas en mangas, hombros y cuellos.
Nos traslada sutilmente a los años setenta cuando una jovencísima Bianca Jagger contrajera matrimonio con la estrella del rock enfundada en un magnífico esmoquin blanco de Yves Saint Laurent.
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