Tras cinco años de preparación, finalmente, el barrio más teatral de la Gran Manzana contará con un museo para homenajear como se merece al teatro musical. A través de varias salas ordenadas cronológicamente entre los momentos más históricos del arte sobre las tablas, por fin, situado en pleno Times Square, podemos visitar un lugar fijo que nos cuente a través de los detalles de vestuario, grandes protagonistas de la cartelera de Broadway y objetos de las obras por qué el teatro neoyorkino se consagró como el más grande del país… y del mundo.
El esperado museo abrió sus puertas el pasado 15 de noviembre con muchas historias que contar. Desde Bowling Green, pasando por el Bronx hasta Inwood, Broadway es una de las avenidas más antiguas de Nueva York por las que desfilaron y desfilan los mejores espectáculos teatrales estadounidenses y de la que irradia el circuito alterativo del Off-Broadway, del que nace un teatro mucho más alternativo y de bajo coste.
40 grandes teatros han visto subirse al escenario al insolente burlesque, musicales, operetas… hasta que se comenzaron a instalar carteles eléctricos fuera de los teatros con el nombre de la obra. Se comenzaron a usar lámparas blancas y Broadway comenzó a apodarse “El Gran Camino Blanco”, su símbolo de identidad.
Aunque 200 años de historia es muy difícil de condensar en un museo, por eso, el encargado de contarla ha sido el historiador y artista Ben West, en la que no solo se trata de contar la historia del teatro neoyorkino, sino también del contexto de aquellos Estados Unidos del siglo XX por el que el país atravesó la Ley Seca, la guerra de Vietnam o cuando por fin la comunidad negra también pudo formar parte de este arte.
A través de una experiencia inmersiva, viajeros y locales y piso por piso de forma descendente en un recorrido que se inicia desde el 3º, se podrá ver el trabajo que hay detrás de los espectáculos más icónicos como Cabaret, West Side Story, Hamilton o The Wiz. El museo en su totalidad está diseñado para postear en Instagram, el columpio rosa que inspira la sala del musical Hippie Hair, la sala de espejos de A Chorus Line o el punto de parada dedicado a la revista de Broadway Ziegfield Follies con una pared repleta de plumas rosas van a ser el mejor reclamo visual para tus fotos en redes sociales.
Mi madre sabía que me dedicaría a escribir porque desde pequeña lo hacía hasta en los armarios. De moral firme. Elegí periodismo porque quería saber de todo, ejerzo como camarera y aprendo de todos. Culo inquieto, esponja y campurriana, como las galletas. Me hicieron bajita para amar los tacones. Fiel defensora de la moda con conciencia medioambiental.