Una ciudad con historia, fundada en el 227 a.C. por el general cartaginés Asdrúbal el Bello, la combró Qart Hadašt, una ciudad nueva construida sobre los restos de (se cree) la antigua tribu ibérica Mastia. La capital bárquida llegó a convertirse en la principal base militar de las tropas púnicas en Iberia. Roma y Cartago lucharon por el control del Mediterráneo occidental en tres conflictos conocidos como las Guerras Púnicas, de Cartagena partió el joven Aníbal hacia los Alpes con su ejército de elefantes y soldados para quedarse a las puertas de Roma. Anibal ante portas! Gritaba una ciudad que había olvidado cómo defenderse. Con un ejército a semanas de distancia en la antigua Hispania, Roma estaba perdida. Lo llaman milagro, pero Aníbal se dirigió hacia los pueblos itálicos del sur y venció, pero “el ambicioso general romano Escipión desembarcó en Emporion (Ampurias, colonia griega aliada de Roma)” y con la traición de los pescadores de Tarraco tomó Cartagena en el 209 a.C. y pasó a llamarse Carthago Nova. Todos estos hechos históricos se celebran la segunda quincena del mes de septiembre en las fiestas declaradas de Interés Turístico Internacional Carthagineses y Romanos, donde la ciudad vuelve a levantar los campamentos (ahora festeros, no militares) y la ciudad se convierte en el campo de batalla que fue. El encendido del fuego sagrado recorre los lugares más emblemáticos de la ciudad para dar inicio a las fiestas: “El Teatro Romano, El Templo de Isis, El Foro, hasta llegar a al Mons Arx Asdrubalis, una de las 5 Colinas que, como la vetusta Roma, tiene Cartagena”. La ciudad vuelve a ser Qart Hadašt, convirtiéndose en el mayor escenario y los cartageneros en los mejores actores, con los legionarios de ambos bandos, Aníbal, Escipión e Himilce como sus protagonistas principales. Se recrea la fundación de Cartagena; la Destrucción … Seguir leyendo