Empezar en el gimnasio y no morir en el intento

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“Mañana empiezo el gimnasio” es un pensamiento que seguramente, muchos de nosotros hemos repetido decenas de veces pero que hasta que lo convertimos en realidad pasan semanas, o incluso meses. Y lo peor no es la tardanza, sino que nos damos cuenta que a los pocos días de empezar nos arrepentimos de ello y no nos vemos capaces de seguir por la falta de hábito. Lo que muchos no saben, es que esas frustraciones muchas veces vienen por malas costumbres debidas a creencias erróneas. Aquí te dejamos unos consejos para hacer más ameno tu comienzo en el gimnasio.

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1. No corras. No, no es un mal chiste. Uno de los principales problemas que por lo general provoca el abandono o las pocas ganas de ir al gimnasio es el querer que todo vaya muy rápido (adelgazar de forma exprés o ganar musculatura casi instantánea). Hay que ser ordenados, dejarnos aconsejar por los monitores y pedir una rutina de ejercicio. Comprobarás que al principiio, todas ellas parecen muy “light” pero tiene un motivo, y es que el esfuerzo debe ser progresivo para que nuestro cuerpo vaya adquiriendo el hábito y la costumbre.

2. Querer abusar. Debemos quitarnos de la cabeza el “voy a ir todos los días 3 o 4 horas”. Por hechar más horas no se consiguen más resultados sino todo lo contrario, suele ser muy contraproducente ya que acumularemos mucha fatiga y terminaremos por no rendir de manera efectiva o incluso no poder ir por alguna lesión. Descansar es importante para que nuestro cuerpo se recupere y podamos seguir, por lo que no es aconsejable ni ir todos los días ni pegarnos una paliza de horas enorme. Lo ideal es unos 4 días por semana, dejando descansos entre ellos y 1 hora al día.

3. Olvida al resto. A veces no queremos ir al gimnasio porque tenemos la certeza psicológica de creer que el resto de personas va a estar pendiente de lo que hacemos y puedan reirse de nuestro pobre rendimiento. Nada más lejos de la verdad, ya que realmente todo el mundo va a su aire y eso es exactamente lo que debemos hacer nosotros. Llevar música es algo muy necesario para amenizar los ejercicios y a la vez, para hacer que olvidemos al resto de personas. Ir a nuestro ritmo, seguir nuestras pautas y sobretodo, recordar nuestros objetivos.

4. No hacer comparaciones. “Madre mía, la de enfrente lleva ya 40 minutos”, “No veas lo que levanta el de allí”, “¿Es que el de al lado no se cansa?” Todo esto tan sólo son pensamientos que minan nuestra autoestima y nuestras ganas. Con toda seguridad, toda esa gente que te genera envidia porque lleva un ritmo más intenso y duradero que tú lleve ya bastante tiempo hasta haber conseguido ese nivel y hubo un día en que estuvieron como nosotros, así que la única persona con la que debes compararte, es contigo mismo.

Fotografías: clubmegamusculo, entrenasalud, ejerciciosencasa

 

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