Como cada primavera el templo de la carne en Madrid, Rubaiyat, inaugura su terraza para adelantarse al verano y que sus comensales puedan disfrutar de su frondosa vegetación. Ofreciendo un ambiente fresco que cuenta con una característica sorprendente, un micro-clima único en las terrazas de la capital. Un lugar inigualable donde disfrutar de su cocina.
La historia de este restaurante la escribe Belarmino Fernández. Este gallego que emigró a São Paulo (Brasil), consiguió convertirse en uno de los restauradores más afamados de Brasil y Argentina gracias a su especialidad: la carne. Es en Brasil donde, en la Hacienda Rubaiyat, crían sus propias razas brangus y tropical kobe beef. Todos criados en libertad y alimentados en el campo de forma natural. Tras décadas, decidió volver a España y en 2006 abrir un restaurante en Madrid. Uno de sus mayores triunfos que ha supuesto que su carne sea una de las mejores de la ciudad.
La cocina dirigida por el equipo de Rubaiyat ofrece una cocina inigualable para los amantes de la carne. Calidad exclusiva y cortes únicos como el Tropical Kobe Beef, el Baby Beef, el Queen Beef y su delicioso Steak Tartar.
Pero también ofrecen otras especialidades como el carpaccio de setas o las patatas soufflé. En su carta también ofrecen pescados, cabe resaltar su pulpo aplastado con patatas al murro. Elaboran a diario 12 tipos de panes diferentes incluyendo su famoso pan de queso. Los postres no podían faltar. También de fabricación propia con recetas como el hojaldre de dulce de leche argentino y crema pastelera o la tarta de chocolate puro Némesis.
La decoración del Rubaiyat es rústica y minimalista. Sus mesas están elaboradas de madera Ipé, sillas de hierro forjado y cuero y muy luminoso gracias a amplios ventanales. Como en todos los restaurantes de la cadena, su bodega destaca por ser una de las más completas del mundo.
Al caer la noche cientos de candelabros iluminan la terraza del Rubaiyat. Así se convierte en el lugar perfecto para disfrutar de una cena a la luz de las velas. Combinada con un mobiliario rústico y una fina mantelería de lino hacen de este lugar un auténtico oasis urbano.
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