Desayunos perfectos, viajes idílicos, apariencia radiante… cada vez que vemos un post de una instagramer morimos de envidia, tus tostadas mañaneras quedan a la altura del betún, cada vez que los domingos, de buena mañana, decides echar un vistazo a las redes sociales. Pero…¿ hasta dónde esto es verdad?
Foto: @essenaoneill en Instagram
Foto: @essenaoneill en Instagram
La influencer australiana Essanaoneill sorprendió a sus seguidores con una imagen diferente, despidiéndose de todos ellos. Ha decidido borrar de golpe y plumazo 2000 post con playas como escenario, estilismos envidiados (y copiados por todas sus seguidoras), instantáneas luciendo tipazo…
Denuncia haberse pasado su adolescencia detrás de una pantalla, enganchada a las redes sociales, en busca de los mayores “me gusta” posibles, siempre intentando tener la mejor apariencia ¿ Pero hasta qué punto era real?
Foto: @essenaoneill en Instagram
Essanaoneill lo deja. Ya no puede más. Esta situación le ha superado. De repente se dio cuenta que había pasado la mayoría del tiempo scrolleando y publicando una vida ficticia, en la que ella se convirtió en la actriz principal.
Foto: @essenaoneill en Instagram
Post tras post ha ido descubriendo las realidades que había detrás de cada fotografía. Essanaoneill sufre un problema dermatológico de acné, ella confesó que lo ocultaba a base de maquillaje, photoshop y filtros.
Foto: @essenaoneill en Instagram
A quién no le gustaría que le pagasen por lucir, cada día, un modelito nuevo, ¿es todo tan idílico? La instagramer habla de que con las prendas con las que se fotografiaba no salía a la calle, las dietas a las que se tenía que someter y la espiral consumista en la que caes.
Foto: @essenaoneill en Instagram
Una vida patrocinada, como te sentirías si estuvieses condicionada en todo lo referente a tu vida, desayunos con fotos perfectas mostrando las marcas, porque señores su tu comida también esta patrocinada.
Foto: @essenaoneill en Instagram
En menor escala “ la gente de a pie”, podemos vernos reflejados en esta sociedad envuelta por las redes sociales. En ocasiones, nos olvidamos que lo importante que es vivir, disfrutar, soñar sin tener que compartirlo a través de una pantalla. Fotografía mentalmente una situación, una compañía, un sabor, sin la necesidad de compartirlo con el mundo. Quédatelo para ti.
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