El fin del mundo está cerca. La Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), integrada en la Organización Mundial de la Salud (OMS), ha incluido a la carne procesada (CP, digooo, las hamburguesas, las salchichas o los embutidos) en el Grupo 1 de la lista de productos que pueden causar cáncer. Y aquí en Modalia hablando de comer Whoppers como si no hubiera un mañana. Si es que me siento hasta mala persona.
(Imagen: Wikimedia Commons)
El tema tiene tela. El Grupo 1 de la lista de carcinógenos contiene cosas con tan malas pulgas como el tabaco, el amianto, el plutonio o el humo procedente de los tubos de escape. Y si un grupo de 22 científicos concluye, tras más de 800 artículos de investigación, que la carne procesada es tan chunga que provoca cáncer colorrectal, pues ya a uno le entran las dudas. ¿El bote de sobrasada mallorquina pitará en los detectores del aeropuerto? ¿El fuet que tengo colgando en la cocina me saca el dedo medio cuando no miro? Y cosas así.
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Pero vamos por partes. Esto es el solomillo, esto la cinta de lomo, aquí está la paletilla… ¿Qué es la carne procesada? La IARC la define con claridad: aquella que ha sido transformada para mejorar su conservación o su sabor, es decir, las carnes que se someten a fermentación, curado, salazón o ahumado. Por tanto, salchichas, hamburguesas (salvo que estén hechas de carne fresca recién picada), salsas a base de carne (también la bolognesa… voy a llorar), carne en conserva y embutidos. ¿Es que pretenden que deje de desayunar mi gloriosa media tostada con tomate y jamón? Esta gente no tiene alma.
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Puede que ahora estés pensando que comer jamón sea tan malo como fumarse un paquete de tabaco. Pues no lo es, a menos que te dé por enrollar a loncha de jamón y fumártela. La IARC sólo establece la evidencia de que algo produce cáncer, pero no el riesgo de contraer tan fatídica enfermedad. Esto es, todos los productos del Grupo 1 producen cáncer seguro, pero unos contribuyen con una probabilidad elevadísima y otros, no tanto. Así que no vayas a pensar que total, de perdidos al río, y te pongas a chuperretear plutonio, porque entonces sí que te vas a enterar de lo que vale un peine.
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No le montes un funeral a la butifarra de la despensa, que la cosa no es tan grave. La propia OMS dice que hay que seguir comiendo carne porque contiene nutrientes esenciales para nuestro organismo. Es más, recomienda el consumo moderado de carne, dado que reduce el riesgo de contraer otras dolencias, como diabetes o enfermedades cardíacas. Así que hagamos caso a la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición, que recomienda consumir de carne dos veces por semana. Comer más acarrearía problemas de salud, y además convertiría tu dieta en un aburrimiento. ¿No has visto el montón de cosas que cocinan en Top Chef? ¡Ponte el delantal y haz potajes en condiciones, hombre!
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Si queremos algunas cifras que aclaren un poco el tema, los estudios estiman que por cada 50 gramos de carne procesada consumida a diario, el riesgo de padecer cáncer colorrectal aumenta en un 18%, más o menos. Esto significa que si tu riesgo natural es de un 10% y te pegas un homenaje de salchichón, la probabilidad aumenta hasta el 11,8%. Pero como las probabilidades son pequeñas, el riesgo individual continúa siendo bajo. Lo que debemos recordar es que las posibilidades aumentan con la cantidad. Lo que decimos siempre: ¡consumo moderado!
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Seguramente habrás escuchado que las carnes rojas también son caca, pero no es del todo así. La IARC no encuentra evidencias claras de que la carne roja y el cáncer colorrectal tengan relación directa, de manera que este producto está en el Grupo 2A. Si, de todas formas, estás pensando en hacerte vegetariano para quitarte de problemas, tampoco estás libre de riesgo. Los estudios no comparan los riesgos de salud entre veganos y carnívoros, y la IARC afirma que dichos riesgos pueden depender de aspectos que no tengan nada que ver con la carne. Es como ese tío abuelo que todos tenemos que se fuma las cajetillas de tres en tres y ahí está, tan pancho, y luego resulta que el pobre vecino tiene el colon hecho un cisco, y lo más cerca de comer carne que ha estado en su vida es cuando se muerde un padrastro. Las cosas de la vida.
Así que ya sabes, consume carne con moderación, y haz ejercicio de vez en cuando. Y si aún te quedan resquemores, no te preocupes, ya me como yo ese jamón por ti.
En Modalia | Llega la Halloween Whopper, la hamburguesa negra