¡Llega el Black Friday! Te damos las claves para aprovecharlo al máximo

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Mañana comienza el Black Friday. Por todas partes nos recuerdan que este fin de semana los comercios de todo el país se volverán locos, que habrá descuentos de hasta el 125% y que tendrán que poner camisas de fuerza a los dependientes para impedir que regalen televisores Ultra HD con la compra de un paquete de pilas. El Black Friday puede ser una buena oportunidad para completar nuestras compras navideñas por poco dinero, pero en Modalia te avisamos: ¡ve con cuidado!

01 Black Friday by Powhusku

(Foto: Wikimedia Commons)

El Black Friday no es un periodo de rebajas cualquiera: es una sucesión de ofertas que duran muy pocos días, y que suelen estar limitadas por las existencias, un número concreto de artículos o un tiempo determinado (si se trata de una tienda online). Esta sensación de urgencia provoca que compremos muy rápido, sin pensar demasiado y sin verdadera necesidad. A veces se compra con tal exceso, que administrar el gasto extraordinario conlleva problemas bastante serios. Aunque muchas de las ofertas son auténticas, debes acordarte de lo que siempre te decía tu padre: nadie vende duros a cuatro pesetas. Si eres tan joven como para no saber qué es un duro o una peseta, lo que intentamos decir son dos cosas. La primera, ¡ay, qué cosita más chiquitica! La segunda, y no menos importante, es que un descuento de apariencia espectacular puede estar llevándote a pagar más de lo que pagarías si compraras el mismo artículo en un día cualquiera.

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(Foto: Pixabay – Kerbstone)

En Modalia te recomendamos que, ante la avalancha de ofertas que está a punto de sepultarte, planifiques y medites un poco tu jornada de compras. No vamos a ponernos en plan asceta, a nosotros también nos gusta el consumismo desaforado, pero hasta cuando nos damos un capricho debemos hacerlo con cabeza.

Lo primero es hacerse una lista de la compra. Eso nos ayudará a priorizar las compras, anteponer lo que necesitamos y evitar que gastemos más dinero de la cuenta en lo que no nos hace falta. En la medida de lo posible, hay que comprobar los precios y características de nuestra lista antes del Black Friday. Si el producto realmente nos interesa partimos con cierta ventaja, porque ya habremos curioseado antes y tendremos referencias previas. Sólo así veremos la rebaja real que se aplica. Todos hemos escuchado casos en los que los precios suben “misteriosamente” pocos días antes, para que parezca que hay descuento… ¡y no lo hay!

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(Foto: Wikimedia Commons)

Comprar algo rebajado está muy bien, pero hemos de hacer examen de conciencia, que somos todos unos pecadores. ¿Lo necesitas realmente? Si no lo necesitas, ¿te lo puedes permitir? Si hay una vocecilla interior que te dice “… noooooo…”, no me seas cabra loca y hazle caso, que los problemas financieros son muy chungos de arreglar. Si al final decides arrojarte a la negra sima del consumismo, ten en cuenta que madrugar suele garantizar mejores ofertas (sobre todo en la red), pero incluso habiendo entregado tu alma al diablillo sobre tu hombro debes tener cuidado. No te precipites, acuérdate de que tienes conexión a Internet en el móvil. Busca y compara. Y si encuentras algo mejor, ¡cómpralo! (de este anuncio tampoco te acordarás, ¿a que no? ¡Ay, cosita chiquitica! ¡Más linda que es!)

Ten por seguro que, en más de una ocasión, van a intentar colarte excedentes de stock, productos pasados de temporada, ordenadores que tienen caramelos en lugar de teclas o artículos con defectos. Guarda los tickets o facturas de compra como si fuesen de oro, porque si al final el Home Cinema Dolby Mejillón Surround 5.1 te sale rana, tu recibo será tu única arma. Ya se sabe la de capotazos que son capaces de darnos en el servicio de devoluciones.

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(Foto: Wikimedia Commons)

Si compras por Internet, asegúrate que la web sea segura, de confianza y, por supuesto, oficial. Si conoces la dirección web de la tienda, ve directamente y no utilices un buscador, que yo he visto con estos ojitos a un tipo escribir en Google “youtube” para ir a Youtube (igual pensaba que por añadir “.com” se le iba a romper un dedo o algo). Para tener garantías de que el sitio es seguro, la URL debe comenzar por HTTP y debe aparecer el símbolo de un pequeño candado. Además, ojito con las ofertas que te llegan al correo, porque no te haces una idea de la cantidad de gente que tiene tu dirección de e-mail. Antes de ponerte a dar clicks desesperados sobre enlaces que parecen hechos con el Paint, verifica que la oferta está presente en la web oficial de la tienda.

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(Foto: Pixabay – geralt)

Si estás gorroneando la wifi del Starbucks, ni se te ocurra comprar nada. ¡Nunca sabes quién está husmeando en las redes wifi públicas! Aguántate las ansias consumistas y espérate a llegar a casa. Así, de paso, templarás un poco los ánimos y serás más consciente de lo que vas a comprar. Y no quites ojo al extracto de tu cuenta bancaria. Si ves algo raro, ponte en contacto con tu banco inmediatamente.

Ten siempre muy claras las condiciones de devolución. Los productos comprados por Internet tienen los mismos 2 años de garantía que si lo compraras en una tienda física. Tienes 14 días para arrepentirte de haber comprado esa horrible mesa de café estilo carreta, devolverla y recuperar todo el dinero pagado sin dar más explicaciones. Lo mejor para pagar online es una tarjeta de crédito, una tarjeta prepago recargable o Paypal.

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(Foto: Pixabay – jarmoluk)

Ea, después de esta chapa ya estás en condiciones de comprar en el Black Friday como si no hubiera un mañana. Tan sólo recuerda la regla de oro: ¡comparar es ahorrar!

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