¿Por qué “Sex and the city” se mantiene actual casi 30 años después de su lanzamiento?

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Cada año se suman al fandom miles de chicas jóvenes que encuentran cobijo en la cruda realidad de un grupo de amigas que sobrellevan lo cotidiano de la vida a los 30

La serie cuenta con dos películas posteriores al desenlace y una secuela titulada, bajo una de sus icónicas líneas, “And just like that” fue lanzada en 2021 para continuar con la trama. Esta última entrega, pese a no haber tenido una buena acogida por parte de un público más que receptivo, ya va de camino a la tercera temporada. La crítica general señala detalles como la desaparición de Samantha Jones, uno de los personajes más relevantes, además de un giro en la línea narrativa con una inclusión forzada y una argumentación poco sólida. No obstante, nos han regalado multitud de outfits incluyendo piezas míticas de cada personaje, además de novedades como nuevas parejas y amistades. A lo largo de las seis temporadas, vemos cómo la amistad genuina puede convertirse en familia y el significado detrás de la sororidad entre mujeres, dando lugar a una de las series más atemporales de la cultura pop. 

Swear on Chanel

Evidentemente lo primero que se nos viene a la cabeza cuando pensamos en “Sexo en Nueva York” son los divertidos estilismos de Carrie Bradshaw con sus icónicos Manolos o quizá su enigmática estética fumando Marlboro light mientras reflexionaba acerca de sus artículos en su ventana. Cada una de ellas, tenía una imagen perfectamente seleccionada en sintonía a sus personalidades. Charlotte es la definición del estilo old money, ella rezuma clase y es común verla usando una paleta de colores neutros, además de peinados recatados y como definición, sería la chica Polo Ralph Lauren. Por su parte, Samantha es libre y no tiene miedo al escrutinio público, ella lleva y hace lo que quiere, pero siempre con un estilo único en colores vivos y formas muy sexys. Por último, Miranda denota seriedad con un toque sofisticado, no solo fuera de su bufete de abogados, sino que en su vida privada, ejemplo de ello es su característico corte pixie color rojo fuego. Cada una, diferente a la anterior, representa un tipo de mujer que en conjunto reflejan al grupo perfecto formado por el carisma, la bondad, la sensualidad y la sensatez, respectivamente.

The two L’s: labels and love

La línea argumentativa de la serie es fácil de seguir ya que cada episodio gira en torno a las problemáticas que surgen en la vida de Carrie o en la de sus amigas y que posteriormente trata en sus columnas. Va de multitud de temas y situaciones, recogiendo sus vivencias de una manera perspicaz y aguda que engancha al instante. Además, la serie recoge los momentos íntimos de las cuatro por toda la gran manzana y sus reuniones matutinas para ponerse al día de las novedades. De esta forma no solo ellas sienten esa pertenencia de grupo cuando unas amigas están de confidencias con el café de la mañana, sino que te hacen partícipe y sus historias te recuerdan a la tuya propia generando un sentimiento de correspondencia. El factor sentimental está muy presente a largo de la trama, grandes historias como la de Big y Carrie, reflejan hasta dónde puede llegar una mujer por amor o la necesidad imperiosa de enamorarse que sufre Charlotte. Otro tema recurrente es la presión social hacia las mujeres en cuestiones laborales, en el caso de Miranda al ser madre y no poder conciliar ambas partes de su vida o Samantha que no quiere mostrarse sensible porque se suele asociar a la debilidad femenina. Con el paso de las temporadas, vemos cómo no se trata de un individualismo, sino de la amistad como clave para sobrellevar los vaivenes del día a día. 

Romances, zapatos y cosmopolitans

Aquel que sepa apreciar los detalles en el humor picante a la vez que perspicaz de la serie y deje atrás los prejuicios para enfocarse en el contenido que se expone se dará cuenta de que esta serie va más allá de romances, zapatos y cosmopolitans. Se trata de una crítica social que expone la independencia de las mujeres en una sociedad que dictamina los pasos que han de seguir, los roles que existen y las estructuras de poder. Todas en algún momento de la serie se encuentran con dilemas que cualquier chica ha tenido en la vida real, desde los más absurdos a otros trascendentales. En el caso de Carrie, ella busca la validación de un hombre que nunca la llegó a amar tal y como era, lo que le hace entrar en una dinámica tóxica no solo consigo misma, sino que con todos los involucrados. En contraposición, Charlotte es una romántica empedernida que busca a toda costa casarse, pero siempre manteniéndose fiel en cuanto a sus valores y metas. Por su parte, a Samantha solo le interesa disfrutar y ser eficiente en el trabajo, pero quizá es uno de los personajes más sensibles, aunque con la coraza más dura. Por último, en Miranda vemos cómo una mujer que renuncia a su forma de ser por tener una familia sufre la traición en primera persona y las secuelas que ello conlleva. El trasfondo de todo ello reside en la forma de afrontar los problemas en un frente unido y el apoyo que se procesan las unas a las otras de una forma sincera y real a lo largo de historia.

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