El incidente en avión de Sara Carbonero: “no todos los miedos se superan”

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El post que Sara Carbonero acaba de publicar en su blog personal “Cuándo nadie me ve” me ha hecho reflexionar… supongo que a mi y a todos sus lectores…

sara carbonero playa

La periodista nos habla de los miedos con una anécdota que le paso hace unos días en un viaje en avión desde Porto a Madrid que con el temporal, tuvo algunos imprevistos. 

Cuándo todo el avión estaba en silencio y de vez en cuándo sonaba un “aaaay!”, ella sabía que algo no iba bien… de hecho, un trayecto que normalmente hacía en 50 minutos, llevaba una duración de casi dos horas.

“Miraba por la ventana con la esperanza de ver algo, cualquier cosa, una nube, el cielo, las alas del avión, la ciudad a lo lejos… pero estábamos en medio de una niebla cerrada y todo era blanco a nuestro alrededor.

El avión era muy pequeñito, como casi todos los que cubren la ruta Porto-Madrid, de estos en los que no puedes ponerte de pie porque te das con la cabeza en el techo y en los que, por otro lado, te sientes muy alta.

La señal de “prohibido desabrocharse el cinturón y levantarse por estar atravesando zona de turbulencias” llevaba encendida todo el vuelo y no tenía pinta de apagarse”.

Cuenta que los nervios eran cada vez más importantes y que los minutos pasaban muy lentos y entonces empiezas a pensar en todo lo que nos rodea, incluso, te lamentas de haber cogido ese vuelo, pero ya es tarde…

“Pensé en mi familia, en mis hijos y tuve miedo, mucho miedo. Un miedo irracional que antes de ser madre no conocía pero que en los últimos años me acompaña a menudo.

También tuve tiempo de darle una vuelta a eso. ¿Sería entonces que ahora valoro más mi vida que cuando ellos no habían nacido? ¿Es que antes de ser madre era una inconsciente? Más bien creo que la maternidad viene con un montón de cosas maravillosas y con un buen puñado de miedos e inseguridades, como por ejemplo el miedo a no estar y que tus hijos te necesiten, a no verles crecer, a perderte algo de sus vidas. Me entraron sudores fríos y una sensación de claustrofobia tremenda”, cuenta Sara.

Pero tras varios intentos y mucho agonía, aterrizó sana y salva.

Una historia con final feliz pero con un mensaje muy positivo que nos deja la mujer de Iker Casillas: “No todos los miedos se superan, no tenemos por qué hacerlo. Se trata de aprender a vivir con ellos. Que aparezcan lo menos posible y, cuando lo hagan, contraatacar pensando en las cosas tan maravillosas que tiene la vida. Merece la pena vivirla plenamente intentando que las zonas de turbulencias nunca sean mayores que las de la calma”.

 

Y de nuevo: Gracias Sara!

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