El té verde siempre ha sido considerado como uno de los tés más potentes y efectivos. Tradicionalmente, el té ha sido utilizado como bebida medicinal para promover la salud en mente y cuerpo durante cinco milenios. Particularmente, en China y Japón es donde más té verde se consume y forma parte de sus secretos de belleza. La principal característica del té verde, es que durante su procesado no sufre una oxidación, es decir, las hojas se recogen frescas y después de someterse al secado, se prensan, enrollan, trituran y finalmente se secan.
El té es un aliado no solo de la salud, sino también de la belleza. Una de sus principales y más sorprendentes propiedades, es su increíble capacidad de rejuvenecer la piel. Es muy conocido por sus polifenoles y antioxidantes, que son los encargados de mantener la piel firme y tersa. Este efecto de rejuvenecimiento se debe a la neutralización que realizan los polifenoles sobre los radicales libres, que son los que provocan el envejecimiento de la piel a medida que van pasando los años.
Así mismo, los aminoácidos y catequinas que contiene el té verde, se encargan de mantener a las células protegidas de la oxidación y de otorgarle la hidratación que necesitan. Todo ello junto a la acción estimulante del colágeno, hacen que la piel luzca tonificada e hidratada. Por todas estas cualidades, la infusión de té verde es sumamente recomendable y es considerada como una de las más potentes y efectivas a la hora de luchar contra el paso de los años.
Actualmente, estas cualidades y propiedades, se han comenzado a emplear como ingrediente en muchos productos destinados al cuidado y embellecimiento facial. Debido a su rico contenido en catequinas, se consigue prevenir en gran medida el envejecimiento prematuro de la piel, así como a retardar la aparición de arrugas y manchas.
El tónico de té verde y las mascarillas, entre otros, resultan un excelente remedio natural para tratar diferentes enfermedades de la piel, como por ejemplo el acné.
Los productos de belleza elaborados a base de té verde, son ideales para tratar una afección de la piel. Por ello, ingerir la infusión de té verde y además aplicar el uso de estos productos que contengan extracto de este té en nuestra piel, como lociones y cremas, son la mezcla perfecta para conseguir un mayor efecto rejuvenecedor.
Además, el uso del té verde para la piel también ayuda a prevenir el cáncer de piel, así como a desinflamarla. Posee un efecto antiinflamatorio que ayudan a calmar las pieles sensibles y que tienden a enrojecer. También protege la piel de los efectos negativos de los rayos ultravioletas.
Sin ninguna duda, y como se ha mencionado anteriormente, su principal propiedad es la capacidad de rejuvenecer las células de la piel. El té verde rejuvenece las células viejas de la piel que están al final del ciclo de vida, retardando el envejecimiento prematuro y la aparición de arrugas. Por ejemplo, las mascarillas a base de té verde ayudan a nutrir el rostro y a mantener la piel limpia, consiguiendo lucir una piel luminosa y radiante. Del mismo modo, el tónico a base de té verde ayuda a quitar impurezas y toxinas de la cara. Cuando notemos que la piel está cansada y grasa, el exfoliante de té verde es un gran remedio.
Cabe mencionar que es recomendable consultar con un dermatólogo si nuestra piel es apta o no para este tipo de productos.