Con la llegada de las fechas más importantes del año, empiezan nuestras preocupaciones en cuanto a nuestro estado físico. Reconozcámoslo, las dietas y el gimnasio son un básico esencial de finales de la primavera con la llegada de la famosísima operación bikini, en septiembre para “quemar” los excesos del verano y el día 1 de enero, como propósito de año nuevo.
El primer paso es apuntarse a un gimnasio, ir tus cinco días a la semana, empezar a practicar deporte libre como el running o el jogging… pero admitámoslo, este entusiasmo por hacer deporte y ponernos en forma ¿cuánto suele durar? ¿tres semanas? ¿un mes?
Lo cierto es que el ser humano es así, en cuanto empieza a visualizar mejoría en su estado físico, automáticamente por diversos factores, ya sea por trabajo, el clima, la compañía o simplemente por pereza pura y dura, abandonamos todo nuestro esfuerzo y logros conseguidos y volvemos a nuestra rutina sedentaria diaria pensando que la forma física que hemos conseguido perdurará en el tiempo aunque no hagamos deporte.
Ahí es precisamente donde radica el error. Y como no, todos estaréis pensando en la pregunta de: “¿Y cuánto tiempo tarda el cuerpo en perder la forma física adquirida?”
La respuesta es simple y concisa, tras tres semanas sin practicar ningún tipo de deporte o ejercicio comienza a notarse en el cuerpo. Tres semanas solamente tarda nuestro cuerpo en perder la forma física, ¿increíble, verdad?
Ahora es cuando te paras a pensar y reflexionas pensando lo mucho que cuesta coger un estado físico optimo y lo fácil que se pierde. Pero por suerte, hay una buena noticia, la forma física igual que se pierde rápido, se puede volver a recuperar rápidamente con mucho esfuerzo y constancia, siempre y cuando hayas tenido una rutina de deporte muy prolongada en el tiempo.
Y ahora tenemos la pregunta del millón, ¿Cómo puedo retomar el ejercicio que dejé de hacer? La respuesta es muy sencilla, la motivación personal. Cierto es que para aquellos que sí tenían una costumbre fija de realizar deporte prácticamente a diario les resulta de muy poco esfuerzo retomar aquello que han dejado de hacer, y por el contrario, para aquellos que no tienen esa constancia y motivación por hacer deporte, les costará el triple retomar una vida activa, sirviendo de excusa para no practicar deporte el típico “yo no estoy hecho para hacer deporte” o “me aburro en el gimnasio”.
Lo mejor para volver a introducirte en el mundo del deporte y el ejercicio físico es tener una meta, un objetivo bien definido por el que queremos luchar. Para ello, los expertos recomiendan buscar un entrenador personal que te ayude y motive a hacer ejercicio y recuperar tu estado físico óptimo. También puedes buscarte un compañero o compañera de gimnasio para que sea más entretenida tu sesión fitness. Pero si con todo esto sigues sin motivarte, ¿por qué no pruebas a hacer el ejercicio más divertido? Prueba a salir a correr, apuntarte a natación o realizar cualquier deporte al aire libre como el senderismo, tenis o paddel.
Nunca es tarde para comenzar una vida más sana, saludable y activa gracias al deporte, solo necesitas una motivación que te ayude a conseguir todos tus propósitos. ¿Y tú, te animas a poner el deporte en tu vida?
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