Y llegó Septiembre…

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Septiembre, 10 letras formando una palabra, palabra cuyo significado pertenece a la estructuración del espacio-tiempo como mes post-vacacional. Lo conocemos como el final del verano; la vuelta a clase, al trabajo, nuevas experiencias para aquellos que dejan sus hogares para ir a una realidad mucho más amplia, reencuentros para aquellos que por circunstancias o fallo del destino no han podido disfrutar de un verano juntos. Lo conocemos como el mes oscuro del calendario, ese en el que la vuelta a la rutina es inevitable y llega de sopetón sin ningún tipo de piedad. 

septiembre 1

 Es entonces en septiembre, como nos aferramos a los últimos días que han formado nuestro verano; a todos los buenos momentos que hemos pasado; a todas las noches de salir a “tomar algo” y llegar a casa con churros al amanecer que nos harán esbozar sonrisas durante el año y refrescar a cual barra superior de Twitter la razón por la que nuestros ojos se cerraban, pupilas se dilataban, a veces chispeaban, nuestras sonrisas abandonaban el pose por dejar capturar la carcajada del momento y nuestros cuerpos se arrimaban involuntariamente o por acción del subconsciente a aquellas personas con las que esos momentos queríamos pasar.

septiembre 2

Es entonces en septiembre, cuando vemos cómo hemos perdido el control del tiempo, que como todo, absolutamente todo, se endereza por su camino. Cuando entendemos el por qué de nuestras experiencias, cuando nos vamos dando cuenta de lo que nos importa, lo que no nos importaría mantener, de lo que no nos importaría perder, cuando el momento y el lugar sería lo último que lo que nos deberíamos preocupar, cuando nos encontramos con que el verano es absoluta e irrevocablemente inolvidable.

septiembre 3

Llegan las lágrimas, grupos de amigas redistribuidos por el mapa como si el sistema de interrelaciones de Facebook se tratará, llegan los “hasta pronto”, los “vuelve pronto por favor”, los “como vuelvas hablando diferente mueres”, los “cada finde estaré en una ciudad”, los “que estés lejos no significa que no vaya a seguir yendo a por ti” y los “bajo ningún concepto, vayas a olvidar de donde vienes”.

 Porque septiembre es el mes de los sentidos, que nos ABRE LOS OJOS a la vuelta a la realidad; que nos hace SABOREAR el recuerdo de las míticas noches de verano, de las hibernaciones sustitutivas de siestas; que nos hace tele transportarnos a cualquier punto de la costa con solo ROZAR ese poquito de arena que quedo en nuestros bolsillos; que nos hace automáticamente sonreír al ESCUCHAR esa canción que ha sido la banda sonora de nuestras salidas nocturnas, de nuestras mañanas en la playa o en la colchoneta del chino con cualquier dibujo infantil y que nos activa finalmente el olfato con el OLOR a cloro, salitre, chiringuitos o de esa colonia inolvidable. Porque septiembre, es la más completa representación de los 5 sentidos.

septiembre 4

A pocos les agrada este mes, empezando desde los anuncios en busca de un verano interminable, al compás del eslogan “Lo bueno nunca acaba si hay algo que te lo recuerde”. A miles les entusiasma la idea de no saber en qué día vives; de llegar a la hora a la que suele sonar tu despertador para ir a clase; a pocos les gusta verse apurados porque la oferta veraniega de la autoescuela está tocando su fin y ellos aún no han tocado el librito de los tests. A pocos les gusta reconocer que les ha pillado el toro, que tienen que empezar a descartar o el turbo apretar. 

A pocos les agrada al irse, perder el derecho vital de aparecer en casa de tu amiga-hermana o hermana-amiga sin preguntar, a cual hija más; el tener alguien en quien confiar y con quien a los 5 minutos poder desahogar; a muchos nos apena separarnos del “mañana por la mañana vamos a correr que te tengo que contar”; el “vámonos a una calle a bailar”; los “hoy tenemos sesión de cine en casa” o el “quédate a dormir que no molestas”.

septiembre 5

Somos esos que sabemos que un amigo es un tesoro, que los tesoros van con nosotros a la muerte, a Madrid o allá donde la vida decida, somos los que no vamos a perder lo que tenemos y que con los reencuentros reforzaremos, aquellos que sabemos cuales son nuestras raíces y lo que valen los que se quedan.

Que septiembre es un adiós, un hasta el año que viene campeón, un pasa rápido por favor. Septiembre es motivo de canciones, poemas, rimas, frases, lágrimas, sonrisas, proyectos, ideas, cambio de mentalidades y de, valga la redundancia, recuerdos de recuerdos.

Que eres tu Septiembre, el que nos baja de las nubes, el que nos dice “adelante”, el que como una figura de responsabilidad consciente de su papel para el receptor nos hace agradecer durante tus 30 días las 30 mil emociones de estos dos meses de libertad, estos días que difícilmente podemos describir sin cerrar el bar donde algo te vayas a tomar lo bien que te lo has llegado a pasar. Que eres tu Septiembre.

 

En Modalia l Seres Erasmus, el (inter)cambio que firmamos

Fotos: Pinterest 

 

 

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