No es la primera vez que lo escuchamos, ni será la última. En verano solemos acudir tanto a piscinas públicas como privadas. Todas ellas tienen en común un componente: el cloro. Este tiene pigmentos azulados para mantener el color de la piscina y cuando somos rubias (ya naturales o teñidas) nos exponemos a esta mezcla de azul y amarillo que acaba en mechas verdes. Hoy traemos consejos para evitarlo y para solucionarlo.
A priori: esto suele ocurrir en especial cual tenemos los poros muy abiertos, ya que para estos pigmentos es mucho más fácil acceder. ¿Cómo podemos evitarlo? En primer lugar, hidratar el pelo meses antes de verano. Si ya vamos tarde, podemos utilizar aceites hidratantes que debido a su composición química repelerá estos pigmentos que flotan en el agua. Podemos encontrar aceites muy variados de la marca Elvive.
In situ: si se nos ha pasado el cuidado previo aún podemos solucionarlo mediante un lavado de cabello con mascarilla incluida justo al salir de la piscina o simplemente no acudir a piscinas con cloro y buscar aquellas que sean saladas.
A posteriori: en caso de ya ser víctimas de este tinte verdoso no deseado podemos recurrir a un producto que todos tenemos en casa: ketchup. La razón se encuentra en los pigmentos rojizos de esta salsa, que neutralizan los verdes de la mezcla anterior. Eso sí, debemos tener cuidado ya que podemos acabar pelirrojas. El tiempo máximo debe ser de 5 minutos.
¿Debemos acudir a la peluquería? La mayoría de las rubias que han probado la mascarilla de ketchup afirman que no. Una vez allí las caras de horror se contagiarán entre los peluqueros para aumentar la seriedad del problema y con ella la cantidad final a pagar. Tienen a probar varios matizadores o aconsejarte volver a un color más “ceniza” o castaño mediante un baño de color.
Fotos: blogmujeres / Instagram
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